Tras una semana turbulenta para ambos, los tres puntos eran un objetivo de suma urgencia y generaron un partido tan nervioso como emotivo. Racing arrancó mal, perdía y extendía su mala racha. Pero mejoró y lo dio vuelta con tres remates desde afuera. Lo empató con un derechazo de Cabrera que dio en Cejas y se metió, y lo ganó con dos zurdazos de Claudio López. Así, despejó fanstasmas y pasó la malaria para el lado de Gimnasia.

Llegaron al encuentro de ayer envueltos en un contexto turbio, con noticias que poco tenían que ver con la pelota. En Gimnasia, la novela Leguizamón-camisetas-Verón terminó con la no citación del delantero para este partido y con la reprobación general de sus hinchas mediante banderas. En Racing, la conferencia de prensa que lideró Bastía y que respaldó Costas dejó al descubierto el malestar grupal.

Con estas realidades similares, en la cancha, el equipo de Falcioni comenzó mejor y exigió a un dubitativo Navarro. Con la llegada por sorpresa de sus volantes, el local jugaba mejor y llegó al gol a través de Piergüidi, que definió tras un pase de Herrera pero ahí mismo se lesionó. A partir de ese momento Racing reaccionó. Comenzó a soltar a Cabrera, y él marcó el camino al triunfo con disparos desde afuera. En su primer intento, la pelota dio en el palo, rebotó en Cejas y fue el empate; después, su remate fue devuelto por el travesaño. Pero su intención contagió a sus compañeros y el Piojo López, con otro disparo desde afuera, puso el segundo.

En el complemento, el local, con todas sus limitaciones a cuestas, peloteó el bloque defensivo rival, pero no tuvo puntería. Racing, en cambio, sólo pisó el campo rival sobre el final. Allí lo liquidó con otro tiro desde afuera y cuidó los tres puntos, valor que ayer cotizaba muy alto.