Las elecciones para renovar autoridades parecen no formar parte de lo que el hincha promedio define como Mundo Boca. Casi nadie habla de ellas, como si estuvieran incorporadas a un microclima donde sólo se mueven dirigentes y punteros políticos. Cuando faltan apenas tres días para el comicio que se desarrollará en la Bombonera (45 mil socios están en condiciones de votar), lo único que se percibe de la interna boquense son los afiches esparcidos por Buenos Aires. De los tres aspirantes a la presidencia que se presentan el domingo, uno podría renunciar a su candidatura: Orlando Salvestrini. El porcentaje de votos que se le atribuye, que no llega al 5 por ciento, lo haría desistir de competir con Pedro Pompilio y Roberto Digón (foto). Por su parte, la Inspección General de Justicia (IGJ) se pronunció ayer sobre algunas impugnaciones de la oposición. Y pidió cambiar a más de la mitad de los presidentes de mesa que, al mismo tiempo, iban a ser autoridades del comicio y candidatos por la lista oficialista. Asimismo, se cuestionó la presencia de dos ex integrantes de la junta electoral entre quienes acompañan a Pompilio: Carlos Ben y José Costa Pereyra. La lista de Digón los responsabilizó por las irregularidades cometidas en el llamado a comicios de diciembre. En ese momento, el oficialismo no había presentado los avales requeridos por el estatuto. Los socios de Boca podrán votar en 80 mesas durante el horario de 9 a 17. Una fuente cercana al proceso electoral estimó que el porcentaje de votantes podría rondar el 30 por ciento. Si Pompilio, como se estima, ganara con cierta facilidad, se quedará con todos los cargos en la conducción del club y en el peor de los casos para el oficialismo, además obtendría 140 de los 210 miembros en la mesa de representantes. En Boca, las minorías, ni aunque perdieran por un voto, colocarían un vocal en la Comisión Directiva. El estatuto no lo contempla.