“No me fijo en qué número de camiseta me van a dar, la verdad es que ojalá que a la Selección le salgan bien las cosas y hacer dos buenos partidos. Que me den la camiseta que sea.” Lionel Messi podría ser el destinatario de la número 10 que dejó vacante Riquelme, como sucedió en el amistoso contra Francia, pero el astro del Barcelona no está preocupado por la distinción. El rosarino, uno de los más sindicados por su distancia con el jugador de Boca, prefiere dejar atrás el tema y concentrarse en lo que viene: los dos partidos ante Venezuela y Bolivia, por las Eliminatorias, que podrían resultar de importancia en el camino de la Selección rumbo al Mundial de Su-dáfrica. Especialmente porque son los primeros partidos oficiales de Diego Maradona como entrenador y los futbolistas pretenden que el funcionamiento demostrado en los dos amistosos ya jugados en Escocia y en Francia, especialmente el del último encuentro, se prolongue en estos partidos por los puntos. “No está asegurada la clasificación, por eso debemos crecer y ganar los partidos para tener una buena tarea y seguir sumando”, comentó Messi con su habitual parquedad. “Los dos juegos contra Venezuela y Bolivia serán difíciles como los son todos los partidos. Las Eliminatorias están parejas y son complicadas”, agregó el futbolista, que ve en Maradona una nueva oportunidad. “Tener a Diego de entrenador es especial y se nota la nueva ilusión en el grupo. Era lindo tenerlo cuando nos acompañaba desde afuera, ahora es especial y motivador tener a Maradona de entrenador”, apuntó. “Con Maradona sólo nos encontramos una vez, cuando viajó a Barcelona, y fue todo muy bien, me comentó qué era lo que él planeaba y pensaba hacer. Después llegó lo de Marsella, que también fue muy lindo.”