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El surcoreano Huh Jung-Moo podrá el jueves quedar como un caballero y disculparse con Diego Maradona por haberle asestado una de las infracciones más brutales en la historia de los mundiales, al reencontrarse veinticuatro años después pero como entrenadores. “No jugaba al fútbol, sino que practicaba taekwondo”, dijo una vez Maradona de Huh Jung-Moo al hablar de aquella patada que produce estremecimiento de sólo volver a ver el video en YouTube. Aquel episodio se registró en el Mundial de México 1986, la tarde del 2 de junio en el estadio Olímpico de la capital azteca, donde Argentina terminó ganando 3-1.

“No me importa lo que diga Maradona. No tiene sentido hablar de algo que pasó hace más de veinte años”, le respondió el ahora DT de los asiáticos y entonces rudo volante de los surcoreanos. Pero Maradona acaba de reflotar el asunto de los golpes arteros para anular a los jugadores más habilidosos o talentosos, con un llamamiento a que se cumplan estrictamente los lemas que proclama la FIFA.

“Si hay cuatro chiquitos que sacan la bandera (amarilla) del Fair Play antes de empezar el partido, que realmente sea después Fair Play, tenemos que defender a las estrellas”, dijo Maradona, que les pidió “a los árbitros que entiendan la palabra Fair Play, que si la gente quiere ver jugar al fútbol que se pueda jugar sin problemas”. Hasta ahora sólo hubo cuatro expulsados en once encuentros.

Pero en aquel partido en que Huh Jung-Moo lo levantó por el aire a Maradona apuntándole al fémur, ni siquiera se ganó una tarjeta amarilla del árbitro español Victoriano Sánchez Arminio, aunque hubiese correspondido roja directa. “No lo pateé intencionalmente. Si lo hubiese hecho, el árbitro me habría expulsado. Pero ni siquiera fui amonestado en aquel partido”, hizo memoria Huh Jung-Moo.

El seleccionador surcoreano ha señalado que su objetivo “es demostrarle (a Maradona) cuál es el verdadero potencial de Corea del Sur. Argentina es uno de los candidatos al título. Tiene muchos jugadores buenos, pero les transmití a los míos que tengan confianza en ellos mismos”, dijo el director técnico, quien todavía está a tiempo de decir: “Mire, Diego, fue sin querer, son cosas del fútbol”.