Las celebraciones de los hinchas de Independiente se prolongaron hasta bien entrada la madrugada, después de que el penal que convirtió Eduardo Tuzzio coronara el esfuerzo poco antes de la medianoche. Mientras los jugadores se abrazaban dentro del vestuario luego de compartir la vuelta olímpica con su público, miles de hinchas de Independiente colmaron las calles de Avellaneda y algunos se acercaron al Obelisco para dar forma a un festejo que se pretendía interminable. Cerca de las 4 de ayer, cientos de hinchas cruzaron el puente Pueyrredón rumbo a Capital acompañando al ómnibus que llevó a los jugadores hasta el Obelisco –cerca del hotel donde se concentra Independiente–, escenario perfecto para que jugadores y fanáticos celebraran a gusto. El cielo empezaba a clarear cuando los últimos hinchas dejaron de hacer sonar sus vítores.