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- La intensidad del juego se vio disminuida por el planteo ultraconservador del Real Madrid y la falta de precisión del Barcelona. Por eso, durante la primera etapa, sólo hubo un par de situaciones de gol: un remate de Villa y un disparo de Cristiano Ronaldo.

- El Barcelona hizo control de pelota (70 a 30 por ciento fue el balance final), pero no siempre estuvo acertado o dispuso de profundidad. El juego violento del Real Madrid fue destinado a cortarle los avances y derivó en la expulsión de Pepe, encargado de seguir a Messi.

- Con algo más de espacio, el Barcelona encontró caminos al área local para lastimar. Así llegaron la escapada de Afellay y la larga corrida de Messi, gambetas mediante, para sellar el resultado.

- Con el 2-0 ya no hubo partido. El Barcelona acentuó su control del juego mientras el Madrid desnudaba su falta de recursos para intentar una reacción.