Con las entradas para el partido entre Argentina y Suiza por los octavos de final totalmente agotadas en el Centro de Gestión de Entradas de la FIFA de San Pablo, hinchas argentinos que compraron tickets de reventa pagaron, en promedio, 1200 dólares por cada una de ellas, superando así los 600 a 800 dólares que se pagaban en los partidos de la fase de grupos. “Compramos cinco entradas y numeradas en una de las primeras filas. No fue difícil conseguirlas, pero pedían una fortuna. Arrancaron por tres mil dólares, la bajaron a dos mil y cerramos con cinco por seis mil”, contó, por ejemplo, Ignacio Giménez, un santafesino hincha de Colón que viajó a Brasil con dos hermanos (“uno de Unión”, aclaró) y dos amigos, y reconoció que “siempre existe ese miedo” de que las entradas sean falsas. “Vamos a mandar a uno con su entrada apenas abra el estadio. Si rebota, listo, revendemos las entradas temprano y perderemos lo menos posible. Lo lamento en el alma por el que los compre, pero es la ley de la reventa”, afirmó.