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“El operativo del Mundial Brasil 2014 fue muy satisfactorio. Hubo una colaboración fructífera con las autoridades brasileñas y las cosas se hicieron bien. En total, fueron deportados 118 argentinos. De ellos, 50 exactos estaban en las listas que nosotros les enviamos de personas con antecedentes en hechos de violencia deportiva. El resto fue deportado por mal comportamiento o por problemas de documentación u otras circunstancias”, explicó Darío Ruiz, desde el Ministerio de Seguridad de la Nación.

Como se sabe, hubo un equipo especializado que se dedicó a la seguridad en el Mundial. Hombres de la Policía Federal y del Ministerio de Seguridad. Se iban evaluando las fronteras, los movimientos de hinchadas y todo detalle que pudiera servir a la seguridad en los estadios brasileños o sus alrededores.

“Fue una experiencia muy importante desde el punto de vista de la colaboración entre países –aseguró Ruiz– y sienta un precedente de cómo trabajar en forma conjunta. Es claro que vamos a seguir adelante en estas colaboraciones y la vamos a repetir en la Copa América de Chile del año próximo.”

En algún momento hubo controversia por la deportación de Pablo “Bebote” Alvarez, líder de la barra brava de Independiente. Las autoridades brasileñas lo sacaron del país por haberlos provocado, lo consideraron indeseable y en ese caso –según dicen en el Ministerio de Seguridad– no tuvo intervención ni el grupo enviado por la Federal ni ninguna otra instancia argentina.

Sin embargo, el hombre fue identificado en base a documentación argentina ya que, como se sabe, estaba disfrazado.