DEPORTES › POR FACUNDO MARTINEZ.
Una crisis de estadística
El arranque de Boca en esta temporada no es el esperado, sobre todo después de su tan fructífero 2003. Ahora, de ahí a suponer que la derrota en La Paz ante el Bolívar es un indicador más de la entrada del equipo de Carlos Bianchi en un cuadro de situación crítica hay un gran salto, que la estadística –ese mal “necesario” del fútbol– no es capaz de comprender ni interpretar. En lo que va del año, Boca perdió cinco partidos, empató uno y ganó otro. Así, fuera de sus respectivos contextos, los números suenan terribles y desalentadores. Pero de todos estos resultados, a Boca sólo deben importarle dos: el empate con Gimnasia en la Bombonera y la derrota en Bolivia; los otros fueron partidos de ensayo, de prueba de jugadores y variantes.
La derrota frente al Bolívar tiene atenuantes, por más que el equipo de Bianchi no haya conseguido tener un papel más decoroso: jugar mejor y quizá perder por 2-1 o por 1-0. La altura afecta el rendimiento de los equipos que vienen desde el llano y salvo raras excepciones –como cuando Brasil se impuso ante Bolivia por 3-1, cuando el San Pablo goleó 4-1 al The Strongest o cuando la hiperganadora Selección de Bielsa empató 3-3 sobre la hora, después de ir perdiendo 3-1–, la victoria suele quedar en manos de los locales.
En cambio, el encuentro ante los platenses es cuestionable, más allá de los recaudos defensivos que el Viejo Griguol sacó a relucir y mucho más allá del tan mentado penal que ejecutó el Mellizo. Ante Gimnasia, Boca sacó a la luz sus problemas (¿que arrastra recién desde el verano?), a saber: la falta de un conductor o enganche que rompa la amargura de la doble línea de cuatro, la falta de gol y también el bajón en el rendimiento de algunos de los jugadores. ¡Viejos problemas, aunque con caras nuevas!
Hablar hoy de “crisis en Boca” es apresurado, como todo resultadismo. ¿Qué se dirá luego si los boquenses consiguen, por decir, tres victorias al hilo? ¿Que Boca juega bien, que tiene un enganche definido, que volvió la efectividad ante la red? Boca tiene un gran equipo (ya lo ha demostrado). Y tiene carencias que, para dejar de serlo, necesitan de la determinación del técnico y, claro está, algo de tiempo de maduración. Carlos Marinelli, Franco Cangele, Neri Cardozo, Pablo Ledesma, entre otros, están ahí, esperando su chance. Bueno sería ver alguno de estos nombres el domingo frente a Central, ver que Boca tiene recambio.