DEPORTES
Historia ya clásica
Por Ariel Greco
Los antecedentes de encuentros Argentina-Nigeria son sólo dos, pero, por diferentes motivos, ambos partidos quedaron en la historia, transformando de alguna manera al enfrentamiento en un clásico particular de la era moderna del fútbol local. El primero, que terminó con la victoria 2-1 de Argentina, porque significó el último partido de Diego Maradona con la camiseta de la Selección. El segundo, 3-2 a favor de Nigeria, dejó el sabor amargo por haber sido en la final de los Juegos Olímpicos, el único título que le falta al fútbol argentino. Aquí un breve recuerdo de ambos partidos.
Argentina-Nigeria I. Era el segundo partido por el Grupo D del Mundial ‘94. La Argentina de Alfio Basile salió al Foxboro de Boston con un sistema netamente ofensivo, con Simeone y Redondo como volantes de contención y con Maradona, Balbo, Caniggia y Batistuta de mitad de cancha hacia adelante. Los cuatro del fondo elegidos fueron Sensini, Cáceres, Ruggeri y Chamot, en tanto que el arquero fue Luis Islas. Pero a pesar del planteo ofensivo de Basile, Argentina se encontró muy rápido con un gol en contra. Tras un error de Redondo, Amokachi combinó con Siasia, y el volante anotó el tanto con un toque suave.
En desventaja, Argentina buscó decidida a dar vuelta el resultado. Con la conducción de Maradona, de inmediato comenzó a acercarse al arco de Peter Rufai, más conocido por ser príncipe de una tribu en Nigeria que por sus cualidades como arquero. Así no tardó en llegar el empate. Batistuta remató con violencia tras un taco de Maradona en un tiro libre, Rufai dio rebote largo y Caniggia anticipó a todos para definir con un tiro alto. Siete minutos más tarde llegó el segundo, un gol que se metió en la memoria colectiva de los hinchas argentinos.
“Diego, Diego...”. El grito de Caniggia a Maradona para apurar la ejecución del tiro libre se vio millones de veces. Al mismo tiempo que pedía calma, Diego metió el pase perfecto, medido, mientras los nigerianos demostraban toda su ingenuidad, volviendo de espaldas a tomar las marcas. Del resto se encargó Caniggia. Giró en el borde del área, acomodó el cuerpo y sacó el tiro combado con cara interna del pie derecho, al segundo palo del arquero. Golazo, el último de Caniggia en la Selección, justo en el que sería el último partido de Maradona con la camiseta argentina.
El 2-1 no se modificó, a pesar de las numerosas ocasiones con que contó el equipo. El segundo tiempo dejó una deslumbrante actuación de Maradona, que apiló nigerianos por derecha, arrastró defensores por izquierda y llegó a definir por el medio. Hizo de todo. Sin embargo, un rato más tarde, la salida de la mano con la enfermera que lo llevaba al antidoping, se transformó en su última imagen como jugador en un Mundial.
Argentina-Nigeria II. La revancha fue verde. Se disputó dos años después, también en Estados Unidos, aunque en Sanford Stadium de Athens por la final de los Juegos Olímpicos. Para Argentina era la chance histórica de obtener la medalla de oro. Sin embargo, un error defensivo en el último minuto, un línea que no levantó la banderita y un árbitro que convalidó un tanto polémico dejaron al conjunto de Daniel Passarella con las manos vacías, ya que la plata para aquel equipo no alcanzó.
Argentina se encontró en ventaja desde los dos minutos, con un cabezazo de Claudio López tras un centro de Crespo. Pero como no mantuvo la presión del comienzo, Nigeria alcanzó el empate con un tanto de Babayaro. En el inicio del segundo tiempo, Argentina se encontró otra vez en ventaja. Ortega se tiró en el área, el árbitro italiano Pierluigi Collina compró la caída y Crespo no desaprovechó el penal para poner el 2-1. Los nigerianosno se amilanaron y fueron en busca del empate, que lograron con un tanto de Amokachi con un remate por encima de Cavallero.
Cuando todo indicaba que la medalla se definiría en el alargue, llegó la jugada fatídica, en el último minuto. Oliseh ejecutó un tiro libre desde la izquierda hacia el segundo palo. Todos los argentinos corrieron en malón para dejar a los rivales en off side, menos Sensini, que quedó enganchado en una cortina. Si bien había dos nigerianos adelantados, Amunike, el receptor del centro, picó habilitado. Sin oposición, el volante no tuvo problemas para definir el partido. El juez de línea Lencie Fred, de Vuanatu, no atinó a levantar la bandera, por lo que Collina convalidó el tanto, pese a todas las protestas argentinas. Allí se acabó el sueño.
De los doce jugadores argentinos que participaron de aquel partido, nueve están hoy en Japón: Cavallero, Ayala, Zanetti, Chamot, Simeone, Almeyda, Ortega, Claudio López y Crespo. Incluso Gustavo López y Gallardo también integraban el plantel, mientras que Juan Sebastián Verón se había quedado en Buenos Aires como el jugador 19. De los nigerianos, West, Babayaro, Okocha, Kanu y Lawal son los cinco que buscaban repetir la historia.