El presidente de River, José María Aguilar, dijo ayer que no piensa renunciar a su cargo, a la vez que se negó a hablar sobre la pintada amenazante en el colegio al que asisten sus hijos. “Varias veces me lo preguntaron y se está poniendo algo tentador, pero no pienso renunciar. No es el momento, sería un mensaje poco alentador para aquellos que tenemos responsabilidades y querés llevarlas a cabo con dignidad”, dijo Aguilar ante la prensa ubicada en Coghlan, en la puerta de su domicilio. El presidente de River no quiso hablar de la pintada amenazante en la puerta del colegio al que asiste su hija y expresó: “No hablo de temas personales”. Aguilar no identificó a los violentos que participaron en los incidentes en la salida de la tribuna popular, pese a que los mayores sospechosos son los líderes de la barra brava del club, Alan Schlenker y Adrián Rousseau. “No tengo que sospechar o dejar de sospechar de nadie. De todas maneras hay cámaras, videos, brigadas policiales e investigaciones judiciales, creo que no soy yo quien tengo que precisar quién fue, es una cuestión que escapa a la órbita del club”, explicó el dirigente.

El directivo, quien fue respaldado por el presidente de AFA, Julio Grondona, dijo que sabía “que podía suceder algo como lo del domingo, pero si hay 50 tipos que se quieren pelear es difícil evitarlo aunque pongas al Ejército y a la Gendarmería”.