Tiene razón Macri: yo no estoy capacitado para hacer ciertas cosas. No estoy capacitado para corromper a jueces de la Corte Suprema, para aceptar ser diputado y después faltar a más del 50 por ciento de las sesiones, para prostituir a las personas, para violar los estatutos de Boca con una re-reelección claramente prohibida.

Tampoco estoy capacitado para pedirles el 15 por ciento a los jugadores, para mentir en los montos de las transferencias, para avalar negocios con nuestros juveniles, para regalarle 1.500.000 euros al Villarreal, algo que figura en el balance de Boca y que ningún dirigente todavía pudo explicar.

Pero sí estoy capacitado para traer de vuelta a Carlos Bianchi, para reconstruir la Bombonera sin sacarla de la Boca, para manejar con honestidad nuestras inferiores, solucionar el problema de las entradas, para informar de verdad cuánto dinero nos pagaron por la venta de un jugador o cuánto gastamos por comprar algún otro.

Tan mal dirigente no debo ser, porque durante esta gestión fui vicepresidente de Boca y representante del club en la AFA, entre julio de 1998 y diciembre de 2003, justamente la época de mayores logros deportivos de la mano de Bianchi. Además, fui diputado entre 1985-1989 y 1993-1997, concurrí al 98 por ciento de las sesiones y fui premiado por la presentación de proyectos por los cronistas parlamentarios como mejor diputado durante tres años.

Creo que al oficialismo boquense le molesta que estemos trabajando desde hace tiempo, con bajo perfil y sin esa gran movida de marketing que tanto dinero cuesta. Mientras ellos se pelean por los cargos, nosotros ya conseguimos acordar la vuelta de Bianchi, a partir del 1o de enero de 2008, contar con tres anteproyectos para remodelar la cancha y elaborar un plan de gobierno serio, transparente y que, por sobre todas las cosas, deje de lado el egocentrismo y la autocracia, para devolverle el protagonismo al verdadero dueño de Boca: el socio y el hincha.

* Candidato a presidente de Boca.