Los alumnos del centro de estudiantes de la Escuela Superior de Comercio Carlos Pellegrini volvieron a tomar el edificio ayer, después de un día en el que se produjeron tres amenazas de bomba y un enfrentamiento entre los estudiantes y los preceptores. En el episodio intervinieron también policías, quienes intentaban cerrar el bar que administra el centro estudiantil, como parte del operativo de evacuación. Los alumnos acusaron a dos celadores de haberlos golpeado, así como a la policía de empujarlos y amenazarlos. Por eso exigen la renuncia de todos los involucrados. Acompañados por el Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel, los padres mantuvieron una reunión con el rector Juan Carlos Viegas, quien se comprometió a iniciar un sumario.

El presidente del centro, Julián Asiner (PO), aseguró a Página/12: “Tenemos amenazas de bomba casi todos los días. Pero esta vez coincidió que, justo cuando estábamos siendo evacuados, vimos cómo un grupo de preceptores y autoridades se acercaban para aprovechar y cerrar el bar de la escuela”. Los alumnos reclaman desde hace tiempo que el bar sea administrado por el centro de estudiantes y acusan al rector de querer “tercerizarlo”. Según Asiner, “cuando nos dimos cuenta de que venían para cerrarnos el bar, algunos chicos se quedaron para impedirlo y fue ahí cuando ingresó la policía y nos empezó a empujar hacia la pared, mientras los preceptores no hacían nada”. Entre el pelotón de gente, aseguró el dirigente, se encontraban directivos, un vicerrector y gremialistas, “uno incluso tenía un palo de escoba”. Asiner contó que “una de las chicas terminó con el labio partido”.

La relación entre el rector y los alumnos es tensa desde la asunción de Viegas, designado por la Universidad de Buenos Aires (UBA), en contra de la postura del centro estudiantil y de gran parte de los padres y docentes. Aquel conflicto derivó, a mitad de año, en la toma del colegio durante casi un mes. La reacción se debió a que venían pidiendo una “democratización” en los ámbitos de decisión y el mantenimiento del proyecto educativo que había desarrollado el rector saliente, Abraham Gak, durante los catorce años de su gestión. La firma con las autoridades universitarias de un acta con distintos compromisos de las partes, incluyendo la creación de un consejo directivo, destrabó la toma pero no mejoró el diálogo entre Viegas, padres y alumnos.

Consultado por este diario sobre los incidentes de ayer y la participación de preceptores, el rector dijo: “Primero hemos conversado con los padres porque a veces vienen con una referencia diferente. Se les dieron las explicaciones del caso y no bien los padres plantearon una denuncia formal, se tomaron las medidas necesarias: se apartó a los involucrados para que no tengan contacto con los chicos y se dio inicio al sumario correspondiente. La presencia policial se debió al operativo normal de evacuación por la amenaza de bomba”.

El nuevo presidente del centro electo por los estudiantes, que asumirá a fin de año, Martín Lerner (Libres del Sur), aseguró que el colegio “va a estar tomado por lo que resta del día y mañana (por hoy) vamos a hacer una asamblea a la mañana para evaluar los pasos a seguir. Nos quieren sacar el bar y nosotros no queremos que lo privaticen”. Una madre de dos alumnos aseguró que los padres están “muy preocupados con lo que está pasando. Con este tema de las amenazas de bomba ya pedimos una respuesta y Viegas siempre repite lo mismo, que tiene que actuar la Justicia. Y lo que necesitamos son respuestas concretas”. Ya casi entrada la noche, mientras los alumnos realizaban una asamblea en la calle al frente de la escuela, otra amenaza de bomba hizo que la policía reapareciera, aunque esta vez no hubo incidentes.