El serbio Novak Djokovic no termina de creer que vaya a disputar su segunda final de un torneo del Grand Slam consecutiva. “Honestamente, todo está yendo muy rápido para mí”, dijo el número tres del mundo, tras la victoria sobre Federer, que cometió ayer 50 errores no forzados. “Fui capaz de tratar con la presión del mejor modo posible. Estoy feliz de que en los momentos cruciales mi servicio me salvara. Sabía que tenía que creer en mí mismo y que tengo que ser positivo en la cancha, no estar nervioso y ser agresivo. Intenté estar concentrado y jugar cada punto. Y sólo así fui capaz de ganar en sets seguidos”, manifestó el vencedor.