Lunes, 8 de enero de 2007 | Hoy
DIALOGOS › ¿POR QUE GLENN PATTERSON?
Por Andrew Graham-Yooll
El parecido se halla en la negación, en la forma de usar el idioma, en cómo el lenguaje de la violencia llega e influye en la literatura. Aparte de eso, parece difícil hallar puntos de encuentro entre las vivencias de lugares tan diferentes como Argentina e Irlanda del Norte, entre literaturas y lecturas que recorren caminos tan lejanos uno de otro. Pero hay similitudes. En la creación del novelista irlandés Glenn Patterson, nacido en Belfast en 1961, en sus novelas, es inevitable comparar los 25 años de violencia sectaria con nuestros siete de dictadura. ¿O fueron diez de enfrentamientos los nuestros, del ’73 al ’83? O quizás fueron 28 años, si se parte del ’55 y se llega al ’83. Al conflicto de ellos, los irlandeses del Ulster lo llaman guerra civil, o troubles. Nosotros llamamos lo nuestro “el proceso”.
En el campo de las diferencias, nosotros no tenemos la sensación de frontera, de encierro, que tienen los irlandeses. Pero sí compartimos el hecho de que ninguna posición política tiene un opuesto automático: pueden existir varios males simultáneos. La nostalgia es diferente, si bien siempre se pueden hallar formas de asimilación. En el caso del irlandés hay una descripción viva del terruño en la memoria. Nosotros vamos más por la música, las personas, por el paisaje urbano. Nosotros no tenemos diferencias profundas de orden racial o religioso, si bien las hemos creado en torno de diferentes instancias (el indio, el gaucho matrero; el anticomunismo, el antisemitismo). Los irlandeses no tienen diferencias de idioma o de piel, pero crearon una diferencia religiosa. No tenemos una lucha por la pureza racial, si bien queremos ver argentinos más puros (patricios, clase alta, “europeos” más que latinoamericanos) que los inmigrantes o provincianos.
Pero lo que nos hace parecidos es la negación. Nosotros llamamos proceso a una brutal dictadura porque la dictadura se autodenominó Proceso. Ellos llamaron troubles (problemas) a un conflicto que, a lo largo de un cuarto de siglo, se llevó miles de vidas. Por eso era importante registrar el uso del idioma en la literatura de Patterson, uno de los jóvenes escritores sobresalientes de los años “post problemas”, en una reunión en Córdoba, auspiciada por el British Council.
Autor premiado y celebrado, su primera novela fue Burning Your Own (Quemando a los propios, 1988), Fat Lad (que traduce como “Pibe Gordo” pero son las iniciales de los seis condados de Irlanda del Norte, del Ulster, 1992), y le siguieron Black Night as Big as Thunder Mountain (Noche negra grande como montaña de trueno, 1995), The International (El internacional, 1995), Number 5 (Número 5, 2003), That Which Was (Eso que fue, 2004), y una colección de ensayos, Lapsed Protestant (Protestante en falta, 2006).
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