El proyecto de ley para la reestatización de Aerolíneas Argentinas y Austral recibió ayer el apoyo de los diferentes gremios relacionados con la actividad aerocomercial. De las ocho entidades que se presentaron en el plenario de las comisiones de Presupuesto y de Transporte de la Cámara de Diputados, siete estuvieron a favor de que ambas compañías vuelvan a manos del Estado. Todos los gremios centraron sus críticas en la gestión del grupo Marsans pero sólo uno expresó su rechazo al proyecto enviado por el Ejecutivo. Fue el caso de la Asociación del Personal Técnico Aeronáutico, que conduce Ricardo Cirielli, ex subsecretario de Transporte Aerocomercial. Su propuesta consiste en imitar “el caso Varig”, es decir una quiebra con continuidad.

El primero en hablar durante el plenario de comisiones fue el secretario de la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas, Jorge Pérez Tamayo. “Prácticamente no había ningún gerenciamiento de Marsans. Las resoluciones se tomaban a 10.000 kilómetros de distancia y lo único que les interesaba era hacerse del dinero de las cajas (work flows)”, disparó Tamayo. El gremialista defendió ante los diputados el proyecto del oficialismo y aseveró que dadas las condiciones del actual contexto internacional, “resulta imposible mantener una empresa aérea en manos privadas”. Por lo que recomendó que el Estado mantenga como mínimo el 51 por ciento de la compañía y el control de la misma. Con esta opinión marcó su diferencia con el artículo 6 del proyecto, donde se abre la posibilidad a una reprivatización.

Por su parte, Rubén Fernández, secretario de la Unión de Personal Superior de Aeronavegantes, abogó por la estatización, pero sin el pago de la deuda. “El pasivo es mucho más de 900 millones de dólares. Por eso creo que no habría que pagar ni un peso por la transferencia de la empresa, sin antes hacer un análisis de los balances”, señaló Fernández, que también se mostró en contra de una reprivatización de Aerolíneas, una vez realizado el salvataje.

Hasta el momento, la oposición en Diputados (UCR, PRO, CC) tiene propuestas dispares para el futuro de Aerolíneas. Los radicales van desde la quiebra hasta la expropiación y los del PRO reclaman una política de cielos abiertos, es decir, una desregulación del mercado aerocomercial. Esta idea fue rechazada por Ricardo Frescia, secretario de la Asociación Argentina de Aeronavegantes. “Más que un negocio, una aerolínea de bandera es una oportunidad estratégica. En la región se permitió la caída de muchas empresas de bandera, menos en Argentina”, graficó Frescia.

En total fueron ocho los gremios que participaron del plenario. El único rechazo a la iniciativa oficial vino por parte de Ricardo Cirielli, ex subsecretario de Transporte y actual secretario general de la Asociación del Personal Técnico Aeronáutico. Su propuesta consistió en seguir el “modelo Varig”. Es decir que, para Cirielli, habría que cerrar Aerolíneas, crear una nueva empresa –que podría ser del Estado o no– y transferirle sus activos, empleados, convenios e incluso la marca. Una propuesta que roza la quiebra con continuidad, como solicitan los radicales. Ariel Basteiro le recordó que el “modelo Varig” dejó en la calle a más de 10.000 empleados.

Todos los gremios coincidieron en cuestionar el accionar del Grupo Marsans en la gestión de Aerolíneas. Sin embargo, Cirielli fue un paso más allá. “No estoy de acuerdo con pagar 900 millones de dólares. Si bien es algo necesario, no podemos pagarles a esos delincuentes”, arremetió Cirielli, quien a su vez denunció a Néstor Kirchner y Ricardo Jaime como cómplices en el vaciamiento de la compañía. “Jaime es el mejor alumno de Kirchner. Mientras el secretario obedezca sus órdenes, nunca lo va a echar. Pero el Gobierno no puede ser cómplice del vaciamiento”, concluyó el ex funcionario.