Cada vez parecen más claros los gestos del Gobierno para intentar armonizar con los peronistas que se distanciaron durante el conflicto rural. Ayer se produjeron dos hechos que van en ese sentido. Por un lado, la Presidenta instruyó al ministro del Interior, Florencio Randazzo, para que reciba al gobernador cordobés Juan Schiaretti, quien a través de una carta había pedido una audiencia con CFK. Por otro lado, al mediodía, Cristina Fernández, Randazzo, el ministro de Planificación, Julio De Vido, y el gobernador de La Pampa, Omar Jorge, compartieron un largo almuerzo con los dos diputados del peronismo pampeano que no habían acompañado el proyecto oficial sobre retenciones móviles.

Randazzo recibirá a Schiaretti el viernes, a las 11, en su despacho de la Casa Rosada. La reunión había sido solicitada a la Presidenta, pero ella lo derivó al ministro que se entiende con las provincias. El gobernador envió a la Legislatura provincial un proyecto de recorte de las jubilaciones por el déficit que tiene en la caja previsional y denunció falta de apoyo del gobierno nacional. La medida derivó en serios incidentes entre empleados provinciales y la policía.

Ayer, el titular de la Anses, Amado Boudou, salió a replicar a Schiaretti. “La deuda con Córdoba es cero y el reclamo no es justo”, dijo sin vueltas. También afirmó que Schiaretti “no puede pretender que el resto de los argentinos se hagan cargo de un mal manejo de los recursos realizado por las autoridades provinciales”. Y recordó que la caja previsional cordobesa en 2002 estaba equilibrada y ahora tiene un déficit de 1200 millones de pesos. “Algo deben haber hecho mal”, remató.

Sin embargo, cerca de Randazzo trataron de enfriar las declaraciones de Boudou. “Seguramente lo que dice Boudou es así. Pero igual vamos a tratar de encontrar la manera de darle una mano a Schiaretti”, dijo una fuente oficial a PáginaI12.

La intención de ayudar a Schiaretti, pese a las diferencias mantenidas, denota la fuerte intención de la Rosada de volver a reunir al peronismo que se dispersó al ritmo del lockout de las entidades agrarias.

El otro síntoma evidente se dio ayer al mediodía en la residencia de Jorge, en Santa Rosa. Allí, la Presidenta, dos de sus ministros y el anfitrión almorzaron con los diputados pampeanos Manuel Baladrón y Adriana García. Ambos votaron contra el proyecto oficial de retenciones móviles. Al almuerzo había sido invitado el senador Rubén Marín (también votó en contra), pero estaba de viaje.

Según fuentes del Gobierno, la reunión fue amena y, tras repasar la situación política provincial, y las obras públicas pendientes, hablaron de aquellos votos del 5 de julio. Al fin, se concluyó en minimizar el hecho y considerar que sólo los separó una votación. Ambos diputados señalaron que se siguen sintiendo dentro de las filas del oficialismo, lo que, por extensión, debería incluir también a Marín, jefe político de Baladrón.