La Presidenta anunció desde Brasil para las pymes que las transacciones comerciales entre ambos países se podrán hacer en monedas locales. Lo más significativo del anuncio es que se profundiza la alianza estratégica con Brasil. Cuando al Mercosur ingresan decisiones que operan como experiencia piloto, que dejan afuera el dólar, que se orientan a la búsqueda de la unificación monetaria, siguiendo los pasos recorridos por la Unión Monetaria, debemos decir que se trata de una medida saludable. Para las pymes exportadoras significaría una baja de costos porque no deberían tener que transar en dólares. Son medidas concretas, definiciones de fondo. Y sin embargo ya se alzan viejas y conocidas voces que nos advierten sobre los riesgos de caminar contra la corriente.

Hoy día, los medios dan espacio a numerosos economistas que hablan de la “crisis argentina actual”. Nuestro sector padece las consecuencias del enfriamiento de la economía, indudablemente emparentado con lo que dejó el conflicto del agro y la falta de crédito, entre otros motivos. Sin embargo, lo que me llama mucho la atención es el retorno de los “muertos vivos” que plantean, como una rutina histórica, que Argentina se “está yendo del Mundo”, y que lo aconsejable es desandar el camino para volver a él.

No están tan lejos los tiempos en que esos opinadores aplaudían que Argentina estuviera bien inserta en el Mundo, y ni siquiera advirtieron cómo se arribó a una de las crisis más grandes de la historia. Hoy, que no estamos en el Mundo, no hay ni rastros de una posible crisis en el corto plazo, de acuerdo con nuestra apreciación. Entonces ¿por qué esta parafernalia de teóricos y formadores de opinión denunciando desastres?

Están a la vista los resultados de las privatizaciones. Perdimos una aerolínea, los ferrocarriles requieren un subsidio que triplica el que escandalizaba a estos mismos teóricos, decenas de pueblos están aislados por los costos del transporte, las carreteras rebasan de camiones para negocio de las petroleras.

¿Cómo funciona esta teoría de que lo mejor es “estar en el Mundo”, desde la perspectiva de un empresario pyme? Hoy estamos pasando por muchas dificultades, pero cuando dominaba “su” teoría de la eficiencia no podíamos casi vender en el mercado interno, teníamos que despedir operarios sin poder pagar sueldos en tiempo y forma, perdíamos el capital acumulado en años de trabajo. Hoy empezamos a saldar deudas con dificultades para mantener el nivel, tenemos trabajo y podemos mantener el plantel.

Hubiéramos esperado, en el discurso presidencial del Día de la Industria, que se tocaran temas sensibles para nosotros, como el acceso al crédito o respuestas para el 40 por ciento de las pymes que están fuera del sistema. Compartimos el objetivo de un país con inclusión social, pero tenemos la preocupación de que el pasado vuelva. O que sigamos con un pie en él, por no haberse efectivizado las modificaciones necesarias para salir de un tiempo en el que estábamos en el Mundo, éramos eficientes y reconocidos por el FMI, el Banco Mundial, el Club de París y las grandes potencias. Pero con pobreza, desocupación, pymes cerradas y una crisis descomunal.

No decimos que éste sea el mejor gobierno de todos los tiempos, pero atención con el pasado, con volver a creer en ciertos enfoques, con perder la memoria. Hay diferencias entre estar de rodillas y recorrer de pie un camino arduo junto a brasileños y el resto de la región. Estuvimos en el Mundo, tuvimos relaciones carnales con Estados Unidos y sabemos cómo nos fue.

* Presidente del Centro de Entidades Empresarias Nacionales (CEEN).