ECONOMíA › ARGENTINA DA SEGURIDADES TRAS NO PAGAR AL BM

No se romperán los vínculos

Ante “numerosos llamados del exterior, que expresaban su preocupación por la decisión del gobierno” argentino –en concreto, la anunciada el martes de no pagar un vencimiento por 250 millones de dólares, garantizado por el Banco Mundial–, el Ministerio de Economía se apresuró ayer a asegurar, mediante un comunicado, que no es intención del país romper vínculos con los organismos multilaterales. Sencillamente, según la explicación oficial, el país no puede afrontar el compromiso por su situación económica, financiera y legal. Como se sabe, prometió cumplir dentro de los próximos 60 días, pero esa promesa está supeditada a la firma de un acuerdo con el Fondo Monetario. Mientras tanto, el BM tendrá que poner el dinero.
Quizá le sirva de consuelo creer –como dijo en la víspera Guillermo Perry, economista jefe de la entidad– que la crisis argentina “ha tocado fondo” y su economía ya muestra signos de recuperación, con un “despegue” en la construcción y la producción industrial, además de una “estabilización de las reservas internacionales y los depósitos bancarios”. Para más datos, la entidad aprobará próximamente un préstamo de 141 millones de dólares para las deterioradas áreas de educación y salud. Sin embargo, Perry también reclamó un “programa integral” por parte de la administración Duhalde para resolver todos los problemas financieros, lo cual parece mucho pedir.
El presidente del BM, James Wolfensohn, afirmó a su vez que “es muy importante que la situación en Argentina se solucione lo antes posible, pero no sólo desde fuera, sino también, y principalmente, desde dentro”. El está convencido de que los problemas de la región no están provocados desde el exterior: “La esquizofrenia que existe en algunos países está generada internamente”, sostuvo. En cuanto a Brasil, consideró que “es un país extraordinario y fuerte, que tendrá un buen gobierno” (¿alusión al de Lula?), destacando que los problemas que atraviesa son lo que algunos llaman “una infección económica y social” por la situación en Argentina. Vale decir que las dificultades brasileñas sí son importadas.
Mientras tanto, George Johnston, de la banca Barclays, opinó que el no pago argentino afectará de manera “importante pero manejable” las ganancias del Banco Mundial. Eso sí: la condición para que no haya un fuerte “impacto contable” es que el impago no se prolongue más de seis meses.

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