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Una información atribuida al Enre y difundida por la agencia oficial advirtió ayer que el ente regulador hace tiempo realiza “auditorías contables para verificar la veracidad de los balances” de Edelap con el fin de constatar presuntas maniobras de “vaciamiento”, situación de la que se informaría al embajador estadounidense Earl Anthony Wayne, ya que el operador es la norteamericana AES. La distribuidora platense negó ayer tener noticia alguna de que esté ocurriendo algo así y subrayó que sus estados contables están debidamente auditados, sin que hayan tenido observación alguna de la Comisión Nacional de Valores.

El episodio es extraño, comenzando porque el Ente Regulador negó haber difundido oficialmente información sobre el tema, aunque tampoco negó a través de su vocero que algo de esto esté en trámite. La cuestión golpea a una empresa con poca escala: con clientes dispersos y muchos ubicados en áreas rurales, cuya atención requiere bastante atención. Rasgo de origen que mella el negocio de AES.

A esto se suma otra singularidad ligada a la privatización. Para compensar la frustración que le provocó quedar afuera de las licitaciones eléctricas, Techint la compró pagando proporcionalmente mucho más de lo que se pagó por Edenor y Edesur. Un capricho que compensó con magras inversiones, primero, y vendiéndola en cuanto pudo, después.

En el medio descuentan que el titular del Enre, Mario de Casas, le tiene manifiesta inquina a la empresa que opera la firma estadounidense, con participación de los trabajadores a través del Programa de Propiedad Participada. El funcionario cobista –que después de que el vicepresidente votara en contra de las retenciones móviles devino acérrimo defensor de las políticas kirchneristas– superó excepcionalmente su habitual parquedad al hacer públicamente cuestionamientos a la distribuidora. Una ocasión fue cuando inauguró en La Plata una oficina del ente regulador.

“Negamos que exista o haya existido vaciamiento”, sostuvo ayer la vocera de la compañía, que quedó ante la incómoda situación de tener que enfrentar una imputación muy fuerte que no tenía vocero identificado, pero que vino de la agencia estatal, a través de la cual suelen expresarse los funcionarios. Lo que la firma sí admite es que los reguladores están haciendo una auditoría sobre sus números, aunque esto también se extendería a “otras compañías del rubro”, precisó la vocera. “Nuestro contacto con los reguladores es muy fluido”, añadió.