La primera mitad del megarrescate se usó mal, pero Bush ya está reclamando la segunda a pedido de su sucesor, Barack Obama. Es que el presidente electo quiere empezar con caja suficiente para capear sus primeros días de gestión. Los pronósticos son bastantes sombríos, al menos para el primer trimestre del año, y el futuro mandatario requiere que el Parlamento le conceda los 350.000 millones de dólares que quedan del salvataje aprobado en octubre último. En Europa, el gobierno británico anunció un paquete de impulso por 754 millones de dólares para la industria local, con el objetivo de parar la ola de despidos que enfrenta ese país. Asimismo debió tomar control del 43,4 por ciento de la entidad surgida de la fusión de los bancos Lloyds TSB y HBOS, Lloyds Banking Group, después de que los accionistas de ambas empresas no respondieran a una oferta de títulos para ampliar capital. Tras conocerse los resultados trimestrales de algunas empresas las Bolsas internacionales derraparon, y en el caso del Dow Jones en Wall Street la caída fue de 1,5 por ciento.

El acuerdo fue claro: si no se usaban bien los fondos, el Congreso podía trabar próximos desembolsos al Tesoro estadounidense. Sin embargo, Bush solicitó al Capitolio que se autorice la mitad restante del salvavidas de 700 mil millones de dólares, a pedido de Obama, según informó ayer la Casa Blanca. “Vamos a seguir manteniendo consultas con el equipo de transición del presidente electo y con el Congreso sobre cómo proceder de acuerdo con los requerimientos” de la legislación que aprobó el paquete en primer lugar, indicó Dana Perino, vocera de la Casa Blanca.

El plan de salvataje fue lanzado con la idea de contener los daños de la crisis financiera y la quiebra de los bancos estadounidenses, pero el destino de la segunda mitad creó un diferendo en el Congreso. Luego el mal uso de los fondos sumó una nueva controversia sobre el salvataje. El propio secretario del Tesoro, Henry Paulson, reconoció ante el Legislativo que no se usaron eficientemente la primera parte del megarrescate. Una vez que Bush haga el pedido, el Congreso tendrá 15 días para aprobarlo o rechazarlo. Con el país sumido en la recesión y con un índice de desempleo ya en el 7,2 por ciento, se prevé poca resistencia parlamentaria.

Obama pedirá al Congreso también su propio plan fiscal y podría requerir hasta 775.000 millones de dólares. El paquete contempla 300.000 millones de dólares en recortes impositivos dirigidos a las clases medias del país.

En el Viejo Continente, Gran Bretaña atraviesa una complicada situación. La crisis aceleró el número de empresas británicas en quiebra y provocó un masivo despido de trabajadores en las últimas semanas y el gobierno del laborista Gordon Brown busca frenar el incremento de la cifra de desempleo. En esa línea Brown anunció un paquete de medidas valuado en 500 millones de libras esterlinas (unos 754 millones de dólares). Según el mandatario, el paquete buscará crear unos 500.000 puestos de trabajo en el país.

En el sector financiero, el gobierno británico tomó control del 43,4 por ciento de la fusión de Lloyds TSB y HBOS, Lloyds Banking Group. La decisión responde a que los accionistas de ambas empresas no respondieron a una oferta de títulos para ampliar capital. De los 8500 millones de acciones ordinarias ofrecidos por Halifax Bank of Scotland (HBOS), sólo un 0,24 por ciento fueron adquiridas por sus propios accionistas, mientras que, en el caso de Lloyds, sólo se compraron un 0,5 por ciento de los 2600 millones de títulos emitidos.

El panorama se reflejó en una jornada bursátil negativa. En Wall Street, los índices Dow Jones y Nasdaq retrocedieron 1,5 y 2,1 por ciento respectivamente. Sobres estos indicadores recayó también la presunción de nuevas caídas en las ganancias empresarias para el tercer trimestre.