[cerrar]

Comparta esta nota con un amigo

E-Mail de su amigo
Su nombre
Su E-Mail

No alcanza con el aumento de los depósitos. Tampoco con que los deudores cumplan con los pagos de sus pasivos. A pesar de que los bancos embolsan dinero, por uno y otro camino, se resisten a otorgar créditos. Prefieren otros destinos para esos fondos, a los que suponen más seguros, aun en los casos en que la renta sea mínima. Calculando el incremento de los depósitos y la cancelación de préstamos por parte de los deudores de los últimos cien días, la liquidez de las entidades financieras alcanza a 12.800 millones de pesos. Pero todavía no hay señales de que los bancos vuelvan a prestar, aun cuando el Banco Central ya sacó una norma para incentivar la capacidad crediticia de las entidades.
Entre julio y las primeras dos semanas de octubre, los depósitos totales se expandieron en 6364 millones de pesos. A su vez, el stock de préstamos otorgados al sector privado declinó en 6423. Paradójicamente, la expansión de los depósitos equivale a la merma de los créditos a los privados. En total, los bancos recibieron 12.787 millones en apenas tres meses y medio. La fuerte caída del stock de créditos –que en lo que va del año llega a la friolera de 16.700 millones de pesos– da cuenta del divorcio de las entidades financieras con lo que debiera ser una de sus principales razones para existir: prestar dinero a empresas y particulares.
La actitud de las entidades financieras no es novedosa. Si bien es cierto que hubo una expansión del crédito durante los años 90, los bancos limitaron sus líneas al Estado y a las grandes empresas. Pero con el Estado y muchas compañías en cesación de pagos, los financistas se quedaron sin sus principales clientes. Ahora, a casi un año de instaurado el corralito, los bancos empiezan a brindar los primeros resultados positivos aunque esta realidad les sirve de poco y nada a quienes necesitan fondearse para producir o comprar bienes. Tímidamente, algunos bancos líderes de plaza se limitan a descontar cheques de clientes con cartera limpia, una operación crediticia de cortísimo plazo.
¿Qué hacen las entidades financieras con los fondos que reciben? Vale la pena repasar la lista de los principales destinos:
- Lebac. El stock de las Letras del Banco Central suman 3000 millones de pesos. De este total, más de la mitad, 1777 millones, fueron suscriptas en los últimos cien días.
- Encajes voluntarios. Sin dudas, esta es la inversión más insólita de los banqueros. Consiste en colocar parte de los fondos que perciben en una cuenta corriente en el Banco Central a una tasa de apenas el 1,5 por ciento anual. Por este concepto hay depositados 2100 millones de pesos. También hay 324 millones de dólares, equivalentes a 1180 millones de pesos según el tipo de cambio libre.
- Encajes obligatorios. Alcanzan a 1059 millones que los bancos deben disponer en el BCRA por el aumento de los depósitos.
- Efectivo. Las sucursales cuentan con 300 millones de pesos y otros 172 millones de dólares (630 millones de pesos) para manejarse en el día a día. Es habitual, además, que entre las entidades se presten dinero a entre uno y siete días de plazo en el mercado del “call” (interbancario). La tasa en este circuito ronda el 6 a 8 por ciento anual.
Con estos números a la vista, valga una aclaración: si bien de los datos oficiales del Central surge que la liquidez ganada por los bancos alcanzó a casi 13.000 millones de pesos desde julio, ésta puede ser algo menor si se toman en cuenta dos cosas:
- El BCRA todavía contabiliza como depósitos a los Boden ya entregados en lugar de los reprogramados. El desvío explica unos 3000 millones de pesos.
- La autoridad monetaria también contabiliza la caída de depósitos por amparos a un dólar de 1,40 peso cuando, en realidad, la mayoría de los recursos judiciales se concretan al tipo de cambio libre. La diferencia alcanza a 2000 millones de pesos (1200 millones informados en lasplanillas de depósitos del BCRA contra los 3200 millones que salieron en realidad).
Aun suponiendo que la liquidez de los bancos es menor a la informada oficialmente, queda en claro que si el Gobierno depende de este sistema financiero la salida económica será una quimera.