SOCIEDAD
Para la Justicia hay un “patrón de conducta” de Grassi con los chicos
El fiscal general de Morón, Federico Nieva Woodgate, consideró que hay “elementos indiciarios” que coinciden con el testimonio de “Gabriel”. Y que existió un “patrón de conducta” del imputado en su relación con algunos menores que tenían privilegios.
Por Carlos Rodríguez
Mientras defensores y allegados al padre Julio César Grassi insistieron en descalificar la acusación por abuso de menores que pesa sobre el sacerdote, el fiscal general de Morón, Federico Nieva Woodgate, afirmó que si bien hay un solo testigo directo que incrimina al padre “hay una serie de otros elementos, de tipo indiciarios, es decir indirectos, que vienen a coincidir con ese testimonio y que se refuerzan mutuamente”. Según Nieva Woodgate, uno de los fiscales más prestigiosos de la provincia de Buenos Aires, los testimonios aportados a la causa permiten deducir que “habría existido una especie de costumbre o patrón de conducta” del imputado, aludiendo a los privilegios de que gozaban algunos menores con los que habría establecido una relación abusiva que supuestamente llegaba al contacto sexual. Este “patrón” daría respaldo a la acusación del testigovíctima, llamado “Gabriel”, y de dos chicos más que dijeron haber presenciado el abuso de otro menor en un viaje a El Calafate.
El abogado Jorge Sandro, defensor de Grassi, declaró a todos los medios que “Gabriel” es un “testigo fantasma” y que la acusación es “una mentira y una venganza” contra el sacerdote. Los allegados a Grassi ubicaron en ese marco a la presunta “extorsión” denunciada por el cura, quien la adjudicó a un joven que dijo llamarse “Javier Galván” y pertenecer al plantel estable de “Telenoche Investiga”, el ciclo de Canal 13 que hizo la impactante denuncia contra el cura. El extorsionador, que parafraseando a los defensores de Grassi parece tener un aura fantasmal porque no se termina de confirmar su existencia (ver aparte), le habría pedido dinero al sacerdote para evitar la difusión del programa del jueves.
Ayer, el juez de Morón Alfredo Meade y el fiscal Adrián Flores comenzaron a tomarle declaración a varios testigos, algunos de los cuales no aparecieron durante el programa de “T.I.”. Todos aportaron datos que permitirían corroborar los “elementos indiciarios” de los que habló el fiscal general Nieva Woodgate. Fuentes allegadas a la causa dijeron que, entre otros, declararon un ex psicólogo y un ex directivo de la Fundación Felices los Niños. Y hasta un actual empleado de la institución. Los tres nunca habían declarado en la causa, al igual que otras personas que, sin embargo, han aportado datos de importancia a la investigación periodística porque permitieron ubicar a los testigos principales.
Las fuentes dijeron que, aunque los abogados de Grassi afirmen lo contrario, no hay por ahora interferencias respecto de lo manifestado por “Gabriel”, el chico que denunció al padre Grassi de haberlo obligado a mantener una sesión de sexo oral. Por el contrario, las constancias que figuran en los libros de la fundación confirmarían aspectos importantes, como la existencia de la rotura de un farol en la primera noche que “Gabriel” dice haber pasado a solas con el padre Grassi y otras circunstancias citadas en el testimonio. Esa documentación fue aportada por Juan Domingo Pérez, director de Hogares y hombre de confianza de Grassi en la actualidad.
También se certificaría que uno de los chicos que dijo haber visto a Grassi con otro menor, en la cama, durante el viaje a El Calafate, habría sido expulsado de la fundación y durante un tiempo se vio obligado a vivir de la caridad. Con posterioridad, la institución le habría otorgado una beca de 350 pesos mensuales y le habría dado alojamiento, lo que podría interpretarse como un intento de llamarlo a silencio. Otro dato que agrava lo denunciado por “Gabriel”, es la edad actual del chico.
En su declaración ante las cámaras de “T.I.”, el testigo-víctima dijo que tenía “15 años” al momento de ocurridos los hechos denunciados y que de éstos habían transcurrido cuatro años. De eso se deducía que ahora tendría 19 años, pero no es así. Tenía 13 años y hoy, todavía, no cumplió los 18. Sigue siendo menor. Los especialistas afirman que los niños abusados, muchas veces pierden la noción del tiempo respecto del hecho traumático que les tocó vivir. De acuerdo con la parte acusadora, laspruebas acumuladas son “muy fuertes”, según reconoció ayer una fuente judicial consultada por Página/12.
Esto fue lo que explicó el propio fiscal Nieva Woodgate al afirmar que además de los testimonios que incriminan a Grassi estaría consolidada la presunción de que existió un “patrón de conducta” del acusado respecto de los chicos supuestamente abusados. Como se observó durante la emisión del jueves de “T.I.”, varios testigos, de distinto nivel y relación con Grassi, apuntaron datos que abonan la idea de que el sacerdote brindaba una atención “especial” a los chicos supuestamente abusados. Incluso de aquellos que no lo acusan y, por el contrario, salen a defenderlo. Los testimonios coincidentes son los del sacerdote Elvio Mettone; del ex encargado de mantenimiento de la fundación Julio Villagra; de las ex empleadas Marta Díaz y Clementina Salazar; del padre de un ex alumno y del propio ex alumno, entre otros. Todos dijeron que Grassi amparaba y alojaba a sus “protegidos” en una habitación especial, definida por el propio juez Meade como una “suite nupcial” por el lujo reinante, dispuesto en exclusiva para el elegido de turno. Toda la atención era bien diferenciada de los lugares asignados al resto de los menores.
Eso configura el “patrón de conducta” que, aunque el fiscal general no lo dijo, puede confirmar la existencia de una metodología anormal y en este caso presuntamente delictiva, porque hay testimonios directos e indirectos de chicos abusados. Por eso Grassi sigue preso.