EL PAíS › REUTEMANN RENUNCIO A PRESIDIR EL CONGRESO PARTIDARIO
Como si lo hubiera pedido Menem
Duhalde quería que el congreso del PJ del martes tuviera gran representatividad para enfrentar las decisiones del Consejo que responde al ex presidente. Pero Lole no conducirá el encuentro y Busti también dio un paso al costado. Desazón en el Gobierno.
Por Felipe Yapur
Carlos Reutemann volvió a agriar rostros en la Casa Rosada, tanto como cuando se bajó de su candidatura a presidente. Ayer su renuncia fue a un cargo partidario, pero estratégico: el de vicepresidente del congreso del PJ. Eduardo Duhalde confiaba, a partir de los gestos del propio Lole, que éste comandaría la reunión del congreso del próximo martes, tendiente a modificar la convocatoria a elecciones y la Junta Electoral ungidas por el menemismo. Pero el gobernador santafesino renunció dejando al oficialismo sin un aliado esencial. Para colmo de males la jueza María Romilda Servini de Cubría declaró la nulidad del citado congreso extraordinario. El silencio y la desazón coparon la Casa Rosada. Nadie salió a cruzar a Reutemann. La única reacción oficial a las dos desdichadas nuevas fue transformar el congreso extraordinario en la continuidad del realizado en Lanús en noviembre de 2001, que pasó a cuarto intermedio. El menemismo respondió con una nueva impugnación. La inopinada decisión de Reutemann tensa la cuerda entre Carlos Menem y Duhalde cada día más y, como reconocen dirigentes de ambos sectores, todo puede terminar en una fractura partidaria.
No fue un buen día para los hombres de Duhalde. A la dimisión del Lole se sumó el paso al costado del senador Jorge Busti, también integrante de la conducción del congreso partidario. Con esto, al bonaerense no sólo se le comienza a complicar el objetivo del cónclave sino que se le esfuma la “amplitud” que exigen para que desde la orilla menemista no los acusen de realizar un congreso partidario exclusivamente duhaldista.
El duhaldismo especula que el martes podrán modificar la integración de la estratégica Junta Electoral y, sobre todo, llevar la fecha de las internas a la primera quincena del mes de enero. Tiempo suficiente para conseguir un candidato a quien apoyar y hacer todo lo posible para que Menem no se quede con el partido. “El próximo gobierno será peronista, salvo que Menem sea el candidato”, sostienen hombres del gabinete nacional al justificar la razón del combate al ex presidente. Insisten que en un escenario donde compitan Menem y Elisa Carrió, la líder del ARI “terminará desplazando al justicialismo de lo que debería ser un seguro gobierno”.
Este pensamiento no es compartido por todo el duhaldismo. Hay diputados de ese sector que piensan que es “incomprensible y sobre todo peligrosa” la desenfrenada lucha que mantiene contra el riojano. “Con todas estas maniobras puede terminar destruyendo el partido cuando la única forma de terminar con Menem es con los votos”, señaló a este diario el legislador que supo ser funcionario del gobierno bonaerense.
Hombres del gabinete nacional también comparten esta lectura y esperan que la batalla comience a disminuir a partir del lunes.
El adiós del Lole
Desde su cama, el gobernador santafesino manifestó su renuncia a la vicepresidencia del congreso partidario (ver asimismo nota aparte). Como si se tratara de un mensaje navideño, el Lole hizo pública una nota donde hace votos “para que ese órgano supremo del Partido Justicialista sesione en un marco de tolerancia y respeto para con todas las posiciones de sus participantes y que, en consecuencia, prontamente pueda alcanzar el consenso necesario”. Muy buenas intenciones, pero el Gobierno casi enloqueció al enterarse por los despachos de las agencias de noticias. Cuando lograron asimilar el golpe, los hombres del Presidente argumentaron que “se está mostrando prescindente hasta que se definan los candidatos. Cuando ello suceda, volverá”. Un injustificado exceso de optimismo.
Los reutemistas no dicen lo mismo. Por una parte, sostienen que el Lole “no quiso quedar en el medio de esta controversia”. El diputado santafesino Julio Gutiérrez, por caso, aseguró que el gobernador evaluó que “si los referentes más importantes no se sientan a fijar las reglas de juego para que todos puedan participar y seguimos con esta desconfianza mutua, el proceso electoral será muy complicado”. Lo que no dice Gutiérrez, pero que afirman varios de sus colegas, es que Reutemann “no se enfrentará jamás con Menem. Ya lo dijo y el Lole es un hombre de palabra”, repiten. El dato no es menor.
Por ahora, el reutemismo ha decidido esperar el fin de semana hasta ver cómo se desarrollan los acontecimientos. El lunes recién definirán si sus congresales, que en número sólo son superados por los bonaerenses participan del congreso partidario.
Busti hizo mutis
El senador entrerriano estaba en su provincia cuando se enteró de la decisión de Reutemann. Inmediatamente supo que la brasa ardiente que significa el congreso del próximo martes caía en sus manos. Sin dudarlo, Busti quitó su mano. Los motivos que provocaron la actitud del legislador son varios. Todavía está fresco el recuerdo del fracaso del juicio político al gobernador radical Sergio Montiel que impulsaba Busti y Duhalde desactivó. Oficialmente, el senador dijo que la renuncia del Lole “complica las cosas y hace que deba reconsiderar mi continuidad en el organismo partidario”. Como los santafesinos, Busti recién definirá el lunes si participa del congreso.
Más allá de las peleas, el controvertido congreso del PJ en Parque Norte, aseguran los duhaldistas, se hará el martes. Por las renuncias, lo debería presidir Cristina Kirchner. Sin embargo, Duhalde ya decidió que la senadora sólo inaugure el encuentro para que luego se designe a un bonaerense como presidente de la raquítica mesa de conducción. Los nombres que suenan son el de Eduardo Camaño, Hugo Curto y José María Díaz Bancalari. Pero la mesa tendrá sillas vacías, las destinadas a los menemistas. Y habrá que ver qué pasa con los reutemistas.