El dólar avanzó ayer cuatro escalones de un solo salto para descansar en 3,62 pesos. Con el guiño del Banco Central, la divisa estadounidense aceleró su marcha alcista y ya se encuentra en sus máximos desde mediados de octubre de 2002. La jornada estuvo signada por la volatilidad y la histeria de los mercados internacionales, que tuvieron su peor desempeño en lo que va del año (ver aparte). La bolsa porteña se desplomó un 7,4 por ciento. En la región, las monedas locales se depreciaron contra el billete verde, que se convirtió en refugio de los inversores más conservadores. El volumen negociado en la plaza cambiaria local volvió a ser reducido, pero la demanda de dólares continúa constante, encendiendo luces de alerta de fuga de depósitos del sistema. De acuerdo con cálculos privados del sector, los bancos pierden unos 15 millones de dólares diarios de las colocaciones, contra venta de la divisa al público, monto que el Central considera insignificante.

La autoridad monetaria decidió acoplarse a la tendencia alcista que tuvo el dólar en todo el mundo. En el mercado internacional la moneda estadounidense recobró su condición de refugio al tocar sus máximos de tres años frente a las principales divisas. La recomposición apareció luego de que se anunciaran una pérdida record para la aseguradora AIG y su rescate por parte del gobierno de los Estados Unidos (ver aparte). Ante el euro el billete verde finalizó en 1,26, contra los 1,27 dólar del viernes. En la región ganó terreno frente al real brasileño, que se depreció a 2,44 por dólar, pero también sobre el peso mexicano y la moneda chilena.

“Fue un día especial que sorprendió a todos. Si bien se esperaba un alza de la divisa, nadie se imaginaba que empezaría la semana de esta manera. Sin embargo, el contexto mundial no dejó demasiadas alternativas”, explicó a este diario el socio ABC Mercado de Cambios, Fernando Izzo.

Desde el Central reconocieron que se mantuvieron al margen de la rueda y que su intervención “no fue determinante” a la hora de fijarse un precio para la divisa. “El Banco compró divisas a primera hora de la mañana, operación que fue compensada con ventas a lo largo del resto de la jornada”, explicó la entidad a través de un comunicado. Fuentes del organismo detallaron que el saldo de la intervención quedó en cero, mientras que la caída de 18 millones de dólares en las reservas tuvo otra explicación. Se realizaron pagos a dos organismos internacionales: Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento, y Confederación Andina de Fomento. El stock de reservas quedó en 46.997 millones de dólares.

La ausencia del Central se reflejó también en el bajo volumen operado en el mercado. Se negociaron 242 millones de dólares, de los cuales sólo 90 millones correspondieron al Siopel –donde opera generalmente la autoridad monetaria–; por debajo de la mitad del promedio de la semana pasada. El escaso volumen se contrapuso a las fuertes oscilaciones que tuvo la cotización de la divisa en el transcurso de la rueda: se movió entre 3,565 pesos y los 3,611 en los que cerró.

Al público se ofreció en el promedio de bancos y casas de cambios a 3,62 pesos. De esta manera, la divisa se incrementó cuatro centavos en el mercado local, una escalada que no se verificaba desde octubre del año pasado, en plena crisis financiera internacional. La cotización alcanzó el techo de los últimos seis años y medio. En las mesas de cambio advierten un mayor interés por la divisa y menos sobre los depósitos. “En el sector se estima una fuga de 15 millones de dólares diarios”, explicó Izzo. En tanto, desde el Central insisten en que “ese volumen es insignificante con respecto de lo que fue octubre último”.

Como contrapartida, los activos locales se desplomaron. El panel líder de la bolsa porteña, Merval, se hundió 7,4 por ciento, arrastrado por el derrape de Wall Street y el mal desempeño de los papeles ligados al precio del petróleo. Entre las que más perdieron se cuentan Tenaris y Petrobras, mientras que el volumen negociado en acciones ascendió a los 57,3 millones de pesos.