Pasó apenas una semana desde la última vez que se vieron las caras, pero la velocidad que adquieren los acontecimientos en el conflicto que mantienen el Gobierno y las entidades rurales hace que parezca una eternidad. En la reunión del martes pasado la ministra de la Producción, Débora Giorgi, anunció medidas para incentivar la producción de leche, trigo y otros productos de las economías regionales, bajándole la tensión al enfrentamiento. Hoy es el turno de las propuestas para el sector de la carne, que apenas fueron esbozadas en ese primer encuentro. Sin embargo, en el medio hubo durísimas declaraciones de los dirigentes de la Mesa de Enlace en el Congreso que preocuparon al Gobierno y versiones sobre la creación de un organismo público para intervenir en el mercado de compraventa de granos que pusieron nerviosos a los ruralistas. Ese supuesto proyecto es el que por estas horas genera más expectativas, aunque ni siquiera está confirmado que el oficialismo vaya a introducir el tema en la agenda.

Por más que ambas partes afirmen estar dispuestas a recomponer la relación, la suerte parece echada en el interminable conflicto rural. El miércoles pasado, apenas un día después de que el Gobierno anunciara medidas para el agro por 1300 millones de pesos, la Mesa de Enlace protagonizó en el Congreso un acto decididamente opositor en el que apuntó todos sus cañones contra el oficialismo. Esa escena fortaleció la posición de los funcionarios que identifican a los ruralistas como el mascarón de proa de una movida destituyente que sólo cesará con sus reclamos cuando el kirchnerismo abandone el poder.

El jueves el clima se enrareció aún más cuando comenzó a circular el rumor sobre la posible “estatización” del comercio de granos y el sábado rozó el absurdo cuando las cámaras que agrupan a las distintas entidades de la cadena agroindustrial, incluida la Mesa de Enlace, publicaron una solicitada repudiando esa supuesta medida que hasta ahora ningún funcionario confirmó.

Hoy por la tarde los ruralistas irán a la reunión con Giorgi a pedir explicaciones sobre el tema, pero ayer desde el Gobierno evitaron confirmar de manera oficial que se esté evaluando avanzar con ese proyecto. Por lo tanto, puede ser que la confirmación llegue hoy o que ninguno de los funcionarios presentes se haga cargo y los ruralistas sean fustigados por haber firmado una solicitada criticando un rumor.

Tampoco hay demasiadas certezas sobre lo que se podría anunciar para el sector de la carne. En las reuniones “reservadas” que mantuvo el ministro de Planificación, Julio De Vido, con el titular de Sociedad Rural, Hugo Biolcati, se había acordado bajar las retenciones de 15 a 5 puntos para vaca conserva, menudencias, termoprocesados y algunos cortes de alto valor agregado. También estaba previsto avanzar con la implementación de un ROE automático, consistente en otorgar el permiso de exportación de manera automática si la respuesta oficial se demora más de 72 horas. Otro punto en el que el Gobierno se había mostrado permeable era en flexibilizar los encajes productivos que autoriza a los frigoríficos a exportar sólo el 25 por ciento de la mercadería que tienen en sus recámaras, situación que favorece a los que tienen más espalda financiera y alienta la concentración.

Las medidas que se anunciaron el martes pasado para leche, trigo y economías regionales habían surgido en su mayoría del principio de acuerdo logrado entre De Vido y Biolcati. Sin embargo, hay dudas de que ocurra lo mismo con la carne, porque los ruralistas demostraron en los últimos días que están dispuestos a correr el arco todas las veces que sea necesario con tal de mantener vivo el conflicto de cara a las próximas elecciones. Del otro lado, responden que es el Gobierno el interesado en avivar el fuego y afirman que es por eso que deja correr rumores y ni siquiera avanzó con la implementación de las medidas que anunció el martes pasado.

[email protected]