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El entendimiento entre el Gobierno y el sector agropecuario se reflejó en la rueda cambiaria de ayer. La vuelta de las liquidaciones de los exportadores le quitó presión al dólar que, con una menor intervención del Banco Central, se estabilizó en 3,618 pesos. Para el público se ofreció en promedio a 3,63 pesos. El gerente general del Central, Hernán Lacunza, afirmó que la autoridad monetaria cuenta con reservas “para atender cualquier eventualidad”. Tras la intervención en la plaza, el stock se incrementó hasta los 46.963 millones de dólares. La Bolsa porteña logró una recuperación de 6 por ciento en su principal indicador. El alza estuvo apuntalada por el buen desempeño de las Bolsas internacionales.

La oferta de dólares se mostró más activa gracias a las liquidaciones de los exportadores. No obstante, el volumen no alcanzó para completar la demanda privada y el Central compensó el faltante. Las ventas de la autoridad se centraron en el inicio de la jornada, mientras que dio vuelta sus posiciones durante el resto de la rueda. Finalmente, se posicionó comprador y permitió una leve alza, de siete milésimas, en el valor de cierre del mayorista. El volumen operado fue de 240 millones de dólares.

Los cambistas coincidieron en que la cotización sigue atada al manejo de la autoridad monetaria y que las oscilaciones responden a su decisión de mantener la competitividad frente al real brasileño. El gerente general del Central afirmó en una entrevista radial que la entidad cuenta con “reservas para atender cualquier eventualidad”. “Como todo el mundo sabe eso, no corre alocadamente contra el peso, y entonces obviamente como no hay un pronóstico apocalíptico sobre la moneda, los depósitos se comportan normalmente”, justificó Lacunza.

El promedio de las pantallas del microcentro exhibían un dólar al público en 3,62 pesos. Mientras, en el segmento marginal se pidió por el billete verde 3,75 pesos. El euro, en tanto, cedió un centavo, hasta 4,56 para la venta.

El directivo insistió en que los depósitos en pesos del sistema se están “comportando muy tranquilamente”. Según explicó, en enero crecieron 6 por ciento, y en febrero, 3 por ciento. “Y eso es una evolución normal; incluso la de enero es superior a la esperada”, reconoció el director del BC. Señaló además que los bancos están “sólidos” y “líquidos”. “Estamos mejor preparados que en cualquier otro episodio crítico internacional”, se anticipó.

Ayer el contexto mundial fue más distendido. La posibilidad de que China lleve adelante un plan de estímulo para su economía marcó la senda ascendente sobre la que transitaron los principales índices bursátiles. Ni siquiera pudo opacarlo la caída de febrero en la creación de empleos del sector privado estadounidense.

A primera hora, las Bolsas de Asia-Pacífico recuperaron el optimismo ante dicha expectativa y la posibilidad de que Japón refuerce las medidas para recuperar su economía. Shanghai encabezó las alzas con el 6,1 por ciento, mientras que Hong Kong recuperó el 3 por ciento. Siguiendo ese impulso, los mercados europeos abrieron todos en positivo. Frankfurt trepó el 5,4 por ciento; París, el 4,7; Londres, 3,8, y Milán el 2,5 por ciento. La Bolsa de Nueva York finalizó con un alza de 2,2 por ciento en el Dow Jones y de 2,5 en el tecnológico Nasdaq.

La Bolsa porteña no estuvo ajena a la recuperación. El panel de empresas líderes MerVal mejoró 6 por ciento. Más allá del impulso externo, la escalada también tuvo razones locales. El encarecimiento del precio internacional del barril de petróleo benefició a las empresas vinculadas con la actividad: Tenaris avanzó 6,6 por ciento y Petrobras ganó 5,2 por ciento. Los bonos consiguieron cerrar en terreno positivo gracias a algunas órdenes de compras externas, enfocadas en títulos nominados en dólares.