ECONOMíA
Octubre fue la sorpresa financiera en la city
Dólar en retroceso, tasas para abajo, compras record de dólares del Banco Central, reservas cerca de los 10 mil millones de dólares y alza de las acciones. ¿Qué más puede pedir Economía?
Por Claudio Zlotnik
Desde el punto de vista financiero, octubre fue el mejor mes del año. El dólar marcó una baja sensible; el Banco Central obtuvo ganancias record en el mercado de cambios; las tasas de interés cayeron en picada y se recompusieron las reservas de la autoridad monetaria, lo mismo que los depósitos. El veranito financiero incluyó un repliegue del dólar libre a 3,53 pesos y a 3,49 en el tramo oficial, una marca que no registraba desde la última semana de mayo último. En la city creen que la calma financiera continuará en la última parte del año. En el mes, el dólar libre declinó 24 centavos –el 6,4 por ciento– al pasar de 3,77 a 3,53 pesos. En el caso del oficial, la baja totalizó 19 centavos; de 3,68 a 3,49 pesos.
Así como, en su momento, un hecho político –el anuncio del adelantamiento de las elecciones presidenciales, a comienzos de julio– tuvo un impacto positivo en el mercado y se detuvo la trepada del dólar, la expectativa de que acontezca otro hito –esta vez el demorado acuerdo con el Fondo Monetario– fue suficiente para modificar las expectativas de los grandes operadores y dar espacio a una revaluación del peso acompañado por una ganancia de reservas por parte del Banco Central.
Un informe elaborado por la autoridad monetaria dio cuenta que el mes pasado, el BCRA ganó 501,2 millones de dólares por sus intervenciones en el mercado cambiario. Un record desde la devaluación. Esta utilidad permitió que las reservas subieran a 9789 millones de dólares, según los últimos datos del martes pasado. Teniendo en cuenta la ganancia de los dos días posteriores, las reservas habrían terminado el mes en torno de los 9900 millones, lejos del piso de 8830 millones que habían mostrado en el peor momento de la crisis, hacia fines de junio último. Seguramente, si el BCRA hubiera desistido de engrosar sus reservas, la cotización de la moneda estadounidense estaría más baja.
Algunos críticos sostienen que esta estrategia lleva al Banco Central a pagar demasiado caro por engrosar sus reservas. Porque los pesos que emite para comprar las divisas que liquidan los exportadores después son absorbidos del mercado mediante el lanzamiento de Letras (Lebac) que tienen un costo cuasifiscal para el Gobierno. Estos críticos argumentan que Aldo Pignanelli debería dejar que el dólar siga en declive. Desde la óptica oficial se afirma que este mecanismo asegura una estabilidad y certidumbre para el corto y mediano plazo. Y que, en definitiva, las tasas también muestran una tendencia negativa. En la colocación de ayer, todas las series de Lebac exhibieron descensos significativos. Las Lebac a 14 días rindieron 5,5 por ciento anual. El otro punto a favor evidenciado por el Gobierno es que está logrando extender los plazos promedio de las Letras: de 14 a 41 días entre setiembre y octubre, lo que revelaría, según el Gobierno, una mayor confianza de los financistas. No obstante, hay que tener en cuenta que las Lebac a seis meses rinden 63 por ciento anual.
A comienzos del mes que acaba de terminar, el Gobierno temió por la estabilidad. Se liberó una parte del corralón, los reprogramados de hasta 10 mil pesos, y en las primeras jornadas hubo tensión cambiaria. Pero el temor desapareció cuando se supo que el 75 por ciento de quienes desafectaron sus depósitos dejó el dinero en los bancos. El saldo fue un crecimiento de unos 1000 millones de pesos en los plazos fijos. Según el informe oficial, el 85 por ciento de éstos se colocó entre 30 y 90 días. La misma tendencia ocurre con los amparos exitosos. De acuerdo a datos extraoficiales, durante octubre los amparos treparon a 600 millones de los cuales sólo 250 millones salieron del sistema.
En octubre, hasta la Bolsa festejó. Las acciones subieron 10 por ciento en promedio.