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–La verdad es que trato de leer lo menos posible. No leo el Financial Times –respondió el titular del Central, Aldo Pignanelli.
–No me diga que no leyó ninguno de los dos artículos que produjeron este terrible sacudón institucional –repreguntó la santacruceña Cristina Fernández de Kirchner.
El diálogo refleja como pocos el paso de Pignanelli por la comisión de asuntos constitucionales del Senado. El presidente del BCRA reconoció la relación contractual con el lobbista Carlos Bercún, adujo que no leía los informes del consultor, y respondió que se enteró por los medios de la sanción de la denominada Ley Barrionuevo y del proyecto sobre la responsabilidad de las casas matrices. Eso sí, a la hora de hablar de la queja de la banca extranjera y de su trato personal con Bercún, Pignanelli no sabía nada. La subgerenta de la entidad Alejandra Naughton admitió que, tal como publicó Página/12, Héctor Rincón, mano derecha del lobbista, está contratado por el BCRA y adscripto en el despacho del senador pampeano Carlos Verna.
Las preguntas sobre Rincón no eran ociosas. Los legisladores pretendían esclarecer cuál es la trama que une a los funcionarios del Central con el Senado y con la consultora del lobbista. En este punto, hay un trípode que a medida que avanza la investigación sobresale con nitidez y es el vínculo de Verna con Bercún y con el ex senador y actual director del BCRA Ricardo Branda. Por las dudas, Pignanelli no se aventuró más allá y respondió: “No conozco ninguna relación personal de Bercún con Verna y el director Branda”. Los senadores insistían ya que cuando le tocó testimoniar al diputado Alberto Coto, éste había sugerido que para los funcionarios de Economía tener un fluido diálogo con Verna era tener una puerta con el Central. En esa ocasión también había aparecido el nombre de Branda.
Un rato antes, cuando se le preguntó que cantidad de empleados del Central estaban adscriptos al Senado, Naughton, la subgerenta de la entidad había respondido: “Creo que son cinco”. Luego de efectuar un llamado, la funcionaria ratificó que en verdad los empleados del BCRA que reportaban en la Cámara alta eran dos. Uno de ellos, Rincón. Cuando Kirchner le recordó que tenía muy presente el caso del mano derecha de Bercún, la subgerenta del BCRA respondió “los diarios resultan muy esclarecedores últimamente”.
El papel de Rincón tiene su importancia. Este diario señaló que el secretario de Bercún, además de estar adscripto al despacho de Verna, cumple funciones en la consultora CB & asociados. Así quedó en claro en la agenda del banquero del HSBC Emilio Cárdenas cuando consignó en ella la reunión que el 2 de mayo congregó en las oficinas de Hipólito Yrigoyen 1530 a los representantes de la banca extranjera con la mesa directiva del bloque de diputados del PJ. Allí escribió, “Señor Rincón lo conduce hasta el 2º piso”.
Pignanelli se limitó a señalar que conocía a Bercún de sus días como funcionario de Roque Fernández en el Ministerio de Economía. Así recordó haber participado con el lobbista de la Asamblea anual del Banco Interamericano de Desarrollo, aproximadamente hace 3 años atrás. También dijo que no sabía que la consultora de Bercún estaba contratada por su entidad. “Estaba en Washington y la gente de línea me interrogó por esto. La verdad supe de ese contrato cuando se hizo público en los medios”, fue la respuesta de Pignanelli para que quedara en claro que no tenía con Bercún ninguna relación especial.
Al repasar los distintos contratos, Pignanelli no dudó en recordar que la historia de los servicios del lobbista con la entidad se remontaban a los tiempos de Pedro Pou. También aclaró: “No tengo ningún enlace con el Senado”. La respuesta marcaba diferencias con Economía, ya que primero Bercún, y posteriormente Raúl López, fueron dos empleados que cumplieron con esa función. Aquí Pignanelli mostró sus pergaminos en el peronismo.”Yo soy un militante del Justicialismo desde mi paso por la Juventud Peronista. No sólo tengo una función técnica en el Central, sino un vínculo político. Tengo múltiples contactos”, dijo para justificar por qué no necesitaba de un enlace.