“La desesperación te lleva a que cortes rutas. Te obliga a eso, te lleva a los empujones”, dijo ayer el titular de Federación Agraria, Eduardo Buzzi, horas antes de una reunión con el ministro de Agricultura, Julián Domínguez, para analizar la crisis de varias provincias por una grave sequía. Con ánimo más conciliador, agregó: “Esperemos que el ministro nos escuche”. El titular de la cartera agropecuaria buscó descomprimir la situación con un anuncio esperado por el sector: la reglamentación de la Ley de Emergencia Agropecuaria. También comunicó que liberará la exportación de un cupo de toneladas en trigo y maíz. Se logró consensuar además la suspensión de los remates del Banco Nación, por 180 días, mientras que analiza con el ministro de Planificación, Julio De Vido, la manera de proveer de agua al norte de Santa Fe.

El titular de Agricultura se había reunido el día anterior con diputados oficialistas y de la oposición para analizar temas de lechería y arrendamiento. Ayer fue el turno de la Federación Agraria. Al convite acudieron en total quince representantes de entidades agropecuarias enroladas en la Federación. La sequía en varios lugares del país fue el tema dominante del encuentro, al que los ruralistas acudieron con una lista de pedidos. Los dirigentes explicaron que la falta de lluvias y el exceso de precipitaciones que padecen algunas regiones ganaderas provocarán una baja en la oferta de carne vacuna en los próximos meses y una escalada de precios.

Antes de este encuentro con el ministro, Buzzi y De Angeli brindaron una conferencia de prensa, junto a otros productores de las provincias afectadas. De Angeli consideró que, a causa de las malas políticas y de los problemas de la sequía, “la carne para asado y la pulpa para milanesa la van a comer unos pocos”. “En los próximos meses serán muy pocos los que podrán comer carne”, pronóstico el dirigente entrerriano. Por su parte, Buzzi disparó contra el Gobierno: “Tenemos la peor política agropecuaria de la historia y estamos desperdiciando el mejor momento para el país”.

Luego de hacer estas declaraciones, de reunirse con la oposición y asegurar que el diálogo con el Ejecutivo “hoy está interrumpido”, los dirigentes ruralistas acudieron a la convocatoria de Domínguez. Allí se lograron algunos puntos de acuerdo y se estableció también una agenda común de trabajo. La reunión tuvo un extenso cuarto intermedio, debido a que Domínguez tenía previsto firmar un acuerdo con cerealeros privados en Casa de Gobierno, junto con la presidenta Cristina Fernández. En ese convenio se autorizó la exportación de tres millones de toneladas de maíz y dos millones de trigo. “Es un acuerdo que viene funcionando entre el Estado y los privados que nos permite garantizar el stock para el consumo interno y el precio de los argentinos”, dijo el ministro.

De todos modos, previo al cuarto intermedio, los representantes de FAA se comprometieron a presentar un listado con los productores que se encuentran en “estado de emergencia”. También se estableció la suspensión de los remates, por 180 días. El pedido lo hizo la Presidenta a la titular del Nación, Mercedes Marcó del Pont. En cuanto al problema de la sequía, motivo de la reunión entre Domínguez y los productores, se trasladó el tema a la cartera de Planificación. “En el norte de Santa Fe no tienen agua para tomar y no les llega el agua de Santiago del Estero y Salta”, agregó la fuente. El pedido es que se libere la provisión de tres metros cúbicos a través del canal trazado en el Salado al norte. “Los cuatro principales dirigentes fueron a hablar con De Vido por ese tema”, agregó el dirigente.

Para responder a las quejas, Domínguez prometió abrir “una página” para que todos los productores puedan hacer llegar “de manera anónima” sus denuncias. Y completó el encuentro con el anuncio de la reglamentación de la Emergencia Agropecuaria.