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“Si nos guiáramos por las cosas que se dicen, ya hubiéramos tenido crac devaluatorio, default e hiperinflación, y nada de eso está ocurriendo”, dijo ayer el secretario de Política Económica, Roberto Feletti. El viceministro reiteró así su respaldo a las mediciones del Indec, mientras se acrecienta la polémica entre el oficialismo y la oposición en torno de la suba de precios. Por su parte, el titular de la CGT, Hugo Moyano, les bajó el tono a sus declaraciones para no sumar presión al debate. El líder cegetista opinó que “en un país que crece, la inflación no es mala”. De esta manera, abona la idea del Gobierno de que los aumentos responden a tensiones del crecimiento. En cambio, el senador radical Ernesto Sanz señaló que la inflación “es preocupante” y pronosticó un aumento de 25 por ciento para el año.

Ayer la oposición volvió a cargar las tintas contra el Gobierno por la inflación. Sanz calificó de “verdadera vergüenza” la explicación que el ministro de Economía, Amado Boudou, brindó anteayer en el Senado acerca del aumento de precios. Durante su exposición, el ministro había adjudicado la inflación al crecimiento económico. Otro que manifestó críticas al modelo y volvió a defender un ajuste en el gasto para controlar las subas fue el diputado del PRO Federico Pinedo. “El gobierno de los Kirchner piensa financiarse con inflación, algo que es dramático para el país, porque cada punto de inflación manda a cerca de 100 mil argentinos a la pobreza”, aseguró.

Feletti señaló a este diario que “no existe una situación inflacionaria en el país, sino aceleración de precios de algunos productos”. “Ese es el caso de la carne, que es lo que más preocupa a este gobierno”, manifestó. El viceministro señaló que “desde la oposición no hay una propuesta concreta que mantenga en el mediano plazo la política de demanda”.

Ayer el director del Indec, Norberto Itzcovich, explicó que en la suba del IPC de 1,2 por ciento en el mes de febrero, “el aumento de la carne tuvo una incidencia de entre el 80 y 90 por ciento”. Según interpretó Feletti, el tema de la carne responde a un problema de oferta, porque el consumo actual es bastante superior al de años atrás, ya que se pasó de 58 kilos per cápita a casi 70. “Además, las jubilaciones se incrementaron siete veces y los salarios otro tanto y eso no implicó que la inflación fuera del setecientos por ciento”, agregó. El funcionario insistió en que “no existe un elemento diametralmente opuesto” a las mediciones del Indec.