La jornada en la que debutaron las nuevas medidas que restringen la modalidad de compra de dólares en el mercado libre –obligan al uso de cheques o fondos provenientes de cuentas bancarias para compras superiores a 20 mil dólares y les fija obligaciones a quienes adquieran más de 250 mil en el año– transcurrió sin sobresaltos. La cotización de la divisa estadounidense permaneció en un nivel de 3,94 pesos para la venta, “sin tensiones en el mercado” que fueran visibles a consecuencia de la nueva normativa. Y sin registrar impacto, al menos ayer, por las turbulencias financieras internacionales.

Entre los operadores cambiarios existe la convicción de que el recorrido de la cotización del dólar mantendrá la tendencia marcada por el Banco Central, con modificaciones ascendentes paulatinas del tipo de cambio y ajena a los vaivenes internacionales. De la mano de la modalidad de intervención de la autoridad monetaria, la paridad cambiaria asume una autonomía que no se ve afectada por lo que pase en otros mercados, admiten los analistas y agentes cambiarios. De allí que la perspectiva compartida de los operadores es que esta política se mantendrá inalterada en el corto y mediano plazo.

Esta apreciación respecto de un dólar “controlado” por el Banco Central no pareció verse afectada, en ningún sentido, con las nuevas normas regulatorias. El mercado de compraventa de divisas sigue siendo libre, manteniendo el mismo límite a las compras que regía anteayer: dos millones de dólares mensuales. Pero se fijaron nuevas condiciones para las compras unitarias de más de 20 mil dólares: el agente de cambios interviniente, ya se trate de una casa de cambios o de un banco, sólo podrá aceptar como pago fondos depositados en una cuenta bancaria. Cuando la acumulación de compras de un mismo cliente supere los 250 mil dólares en el año, el banco o agente cambiario deberá verificar si el comprador –persona física o empresa– justifica patrimonialmente la capacidad para hacer dicha adquisición. Esto último deberá demostrarse mediante la exhibición de las últimas declaraciones de Ganancias y Bienes Personales y, en caso de que hubiera un incremento patrimonial o de ingresos posterior que explique el cambio de condición económica, tendrá que probarlo.

Durante el día de ayer no se denunciaron casos de obstaculización de operaciones por alguno de estos motivos. En general, se sospecha que las únicas trabas respecto de la operatoria actual estarían dadas para personas que, sin respaldo patrimonial, realizan operaciones de magnitud por cuenta de terceros y en efectivo, pero a nombre propio. Justamente, la sospecha de las autoridades es que este tipo de operaciones ocultan el cambio de moneda y posterior traslado al exterior de dinero ilegal. En la práctica, constituyen maniobras de evasión y, eventualmente, lavado de dinero. Tampoco hubo reclamos de agentes cambiarios o bancos respecto de sus nuevas obligaciones.

Ayer, la presidenta del Banco Central, Mercedes Marcó del Pont, mantuvo una reunión con las entidades que conforman la Asociación de Bancos Públicos y Privados (Abappra) para analizar diversos temas del sector, como lo hará en los próximos días con Adeba (bancos privados de capital nacional) y ABA (banca extranjera). El tema principal no fue el mercado cambiario, sino el análisis de la instrumentación del programa de financiamiento productivo lanzado pocos días atrás. Los representantes de los bancos anticiparon que ya están recibiendo proyectos para ser elevados a la unidad evaluadora.