Martes, 6 de julio de 2010 | Hoy
ECONOMíA › LA UNIóN EUROPEA RECLAMó POR EL FRENO A LAS IMPORTACIONES
El gobierno argentino buscó deslegitimar el reclamo respondiendo que sólo están demorados cinco contenedores, por un valor menor a los 300 mil dólares, que representan un 0,2 por ciento de las exportaciones de agroalimentos provenientes de Europa.
El cruce entre la Argentina y la Unión Europea por la supuesta traba local a la entrada de alimentos llegó a la OMC. Ayer en la reunión del Consejo de Bienes del organismo con sede en Ginebra, Suiza, el bloque realizó su reclamo formal. La delegación argentina permanente en esa ciudad llevó la respuesta confeccionada en Cancillería, que había sido anticipada el viernes pasado por el secretario de Comercio y Relaciones Económicas Internacionales, Alfredo Chiaradía. El Gobierno volvió a negar que haya trabas sistemáticas, sino “algunos casos aislados por menos de 300 mil dólares que ya fueron resueltos”. En Cancillería entienden que la presión europea es una cuestión política ligada a las negociaciones entre el Mercosur-UE, más que un problema económico puntual.
La presentación de la UE es un recurso de bastante común utilización. En la reunión del Consejo de Bienes, donde participan representantes de los 153 países miembros, denunció que la Argentina no cumple el artículo 11 del Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT por sus siglas en inglés), que prohíbe la adopción de restricciones no arancelarias a la importación. Para respaldar el reclamo, los europeos se basan en la nota 232 que Comercio Interior dirigió al INAL (Instituto Nacional de Alimentos), donde se solicita “articular competencias en operaciones con productos de otros países”. “Se leyó esa nota para dejar bien en claro que no indica, en ningún lado, nada acerca de una restricción”, comentó un negociador argentino a Página/12. El descargo del Gobierno estuvo a cargo de Alberto Dumont, representante permanente del país en Ginebra.
“Las autoridades argentinas no registran detenciones masivas de embarques. Hubo algunos casos aislados que ya fueron resueltos y que no representan cantidades relevantes, ni en volúmenes de mercaderías ni en valor”, respondió la delegación argentina. “La inclusión de supuestas restricciones comerciales argentinas a productos alimenticios europeos en agenda del Consejo de Bienes resulta desproporcionada y parecería traducir una intencionalidad política más que un problema comercial concreto y significativo”, agregaron.
La respuesta argentina incluyó una serie de cifras que buscaron deslegitimar el reclamo europeo. Indicaron que se trata de cinco contenedores demorados, por un valor menor a los 300 mil dólares. Que en el primer cuatrimestre del año aumentaron en un 50 por ciento las importaciones totales desde Europa, y en un 13 por ciento las de alimentos. Además, que el reclamo europeo abarcaría sólo un 0,2 por ciento de las exportaciones de agroalimentos hacia el país de parte del bloque.
En la misma línea, la ministra de Industria, Débora Giorgi, difundió ayer un comunicado donde enfatiza que “la Argentina importó entre enero y junio de este año 19 mil toneladas de alimentos listos para la góndola, cifra que iguala en cantidad al 2008. Llamativamente en aquel año no escuchamos ningún tipo de reclamo o llamado de atención por parte de representantes de ese bloque comercial”, indicó la funcionaria.
“La crisis económico-financiera originada en el norte tiene sus efectos negativos inclusive en la Unión Europea y hacemos votos para que sus economías crezcan y mejoren, pero sus problemas internos no se resuelven invocando vagas preocupaciones”, concluyó la Argentina en la OMC. La inquietud de la UE fue apoyada por Canadá, Colombia, Estados Unidos, Australia, Japón, Suiza y Noruega. A estos últimos tres países, “les recordamos que son las economías más proteccionistas del mundo”, comentó una fuente cercana a la delegación.
En el Gobierno enmarcan la actitud europea dentro de una disputa interna entre los propios países del bloque y descartan que el tema central sea la supuesta traba a los alimentos. En Cancillería especulan con que las quejas de la UE sean una señal para los países menos afines al acuerdo Mercosur-UE de que el bloque se va a plantar firme para defender los intereses del agronegocio. La versión más pesimista que manejan es que directamente comiencen a utilizar estas “excusas” para frenar el acuerdo, cediendo ante la presión de países como Francia, Italia, Irlanda y Grecia. De cualquier forma, visualizan un futuro complejo si es que Europa decide exacerbar su estrategia.
Informe: Javier Lewkowicz.
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