ECONOMíA › CAíDA DEL DESEMPLEO EN AMéRICA LATINA

Receta para europeos

 Por Tomás Lukin

Desde Santiago

El director general de la OIT, Juan Somavía, anticipó en esta ciudad, sede de la reunión regional de ese organismo, los datos de desempleo del Panorama Laboral de América latina para este año. La OIT proyecta que la tasa regional de desempleo urbano en 2010 caerá hasta el 7,4 por ciento, recuperando los niveles previos a la crisis. Durante la recesión en 2009 la desocupación en la región había trepado hasta el 8,1 por ciento. Los datos de ese organismo indican que en los últimos doce meses se crearon 1,2 millón de puestos de trabajo en América latina.

Los especialistas de la OIT enfatizan que el mercado de trabajo de la región es muy diverso, no sólo en materia de desocupación, sino también en la calidad del empleo, la remuneración y otros aspectos como la baja tasa de sindicalización. Al mismo tiempo, Somavía destacó la importancia de las negociaciones colectivas de trabajo como mecanismo para encauzar los reclamos salariales. La recuperación de la dinámica laboral está siendo motorizada por empleos de menor calidad (de bajos ingresos, sin protección social, no sindicalizados), un comportamiento habitual a la salida de los episodios de crisis. En algunos países de la región como Ecuador, Colombia, Panamá, México y Perú, la tasa de informalidad supera el 50 por ciento y en Argentina ronda el 36 por ciento.

La primera jornada de la reunión regional americana de la Organización Internacional del Trabajo recuperó el eje del empleo decente, la distribución del ingreso y el rol activo del Estado como herramientas para reducir las profundas brechas económicas, sociales y productivas. La secretaria ejecutiva de la Cepal, Alicia Bárcena, y Somavía destacaron el quiebre de las políticas económicas aplicadas por los países de la región en los últimos años en relación con aquellas iniciativas desplegadas durante los años ochenta y noventa. Al mismo tiempo, advirtieron sobre las debilidades estructurales del mercado de trabajo, los riesgos de la apreciación cambiaria y la primarización de las economías latinoamericanas.

“Antes de la crisis financiera ya había una crisis de empleo. La recuperación mundial todavía es incierta, pero el trabajo decente, el acceso de los jóvenes al mercado laboral y la calidad del empleo son aspectos centrales a los que no podemos renunciar”, consideró Somavía. Por su parte, la titular de la Cepal remarcó que “en América latina la crisis financiera quebró la continuidad de un modelo asociado a dos décadas de concentración de la riqueza donde el mercado se hacía cargo sin regulación de todos los aspectos económicos. Ahora somos una región progresista con una nueva agenda”.

A pesar de los cambios en el enfoque de políticas, la recuperación del empleo y la mejora en la distribución del ingreso, Bárcena advirtió sobre las brechas que persisten en los tejidos productivos y las marcadas diferencias territoriales. “La única forma digna para salir de la desigualdad es el empleo. No se puede abandonar la política industrial. Es necesario profundizar el agregado de valor, la inversión en investigación, un pacto fiscal y la integración regional”, sostuvo la mexicana, quien destacó el rol de la Asignación Universal por Hijo en Argentina como herramienta para reducir la desigualdad y estimular el crecimiento durante la crisis.

La responsable de Cepal recordó al economista argentino Raúl Prebisch (director de esa institución entre 1950 y 1963) para resaltar el rol de los controles de capitales y un manejo del tipo de cambio que evite la apreciación. “La apreciación de las monedas conspira contra las políticas de desarrollo. El tipo de cambio debe estar orientado por vectores productivos y no ser determinado por flujos especulativos”, señaló Bárcena. Luego de “disculparse” con Daniel Funes de Rioja, vicepresidente empleador de OIT y presidente de la Copal en Argentina, la funcionaria de Naciones Unidas planteó que es necesario pensar “cómo disciplinar a los agentes privados que perciben rentas mediante aranceles, subsidios, regulaciones para transformar la estructura productiva”. También mencionó la posibilidad de gravar las exportaciones.

“Hacerle cargar a la gente la responsabilidad de una crisis de la que no es culpable no es la mejor forma. Hay una responsabilidad del poder financiero que es quien debe dar los espacios necesarios para que se salga de la crisis sin que se tomen estas medidas de ajuste tan drásticas”, comentó a Página/12 Somavía en referencia a las medidas de flexibilización laboral y recortes salariales impulsadas por el FMI en Europa. En ese sentido, destacó las políticas desplegadas por los países de la región para enfrentar la crisis financiera global: “Hoy estamos frente a una América latina mucho más segura de sí misma en las políticas que decide aplicar. Buena medida de las cosas que se hicieron son políticas que en crisis anteriores el FMI nos decía que no debíamos hacer. Aumentar los salarios mínimos en una crisis era una locura. Ahora es un instrumento totalmente válido”, consideró, al tiempo que resaltó la importancia de invertir en protección social para sostener la demanda e impulsar el crecimiento.

El debate entre los delegados de los trabajadores, empresarios y gobiernos de más de 35 países no comenzó sin fricciones. La Confederación Sindical de las Américas, la entidad que agrupa a un amplio espectro de gremios desde Canadá a Argentina, cuestiona duramente al gobierno del presidente chileno, Sebastián Piñeira, por el despido de 8000 empleados estatales en 2010.

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