Sábado, 4 de junio de 2011 | Hoy
ECONOMíA › CARSTENS, EL ECONOMISTA MEXICANO QUE SE POSTULA PARA ENCABEZAR EL FMI, SE REUNIó CON FUNCIONARIOS ARGENTINOS
Carstens fue recibido por el ministro Boudou y la presidenta del Banco Central, Marcó del Pont, quienes lo reconocieron como un “compañero” del G-20 pero no anticiparon opinión sobre a quién apoyarán para llegar a la jefatura del Fondo.
Por Tomás Lukin
La campaña del gobernador del Banco de México, Agustín Carstens, para conducir el Fondo Monetario Internacional llegó a Buenos Aires. El economista de orientación neoliberal autoproclamado candidato a suceder a Dominique Strauss-Kahn se reunió ayer con el ministro de Economía, Amado Boudou, y la presidenta del Banco Central, Mercedes Marcó del Pont. No obtuvo el apoyo del país, que continuará evaluando su posicionamiento, pero ofreció un discurso que sorprendió a más de un funcionario. El mexicano formado en la ortodoxa Universidad de Chicago presentó sus credenciales: aseguró que el FMI no puede tener una receta única para enfrentar las crisis, consideró que el organismo cometió un “error histórico” en su relación con Argentina y prometió democratizar la estructura del Fondo para asegurar una mayor pluralidad y una adecuada representación de América latina.
El candidato se ofrece como representante de los países emergentes. Corre con desventaja respecto de la ministra de Finanzas de Francia, Christine Lagarde, pero no se rinde. Los encuentros de ayer con Boudou y Marcó del Pont fueron la segunda escala de su campaña internacional, luego de conversar con el ministro de Hacienda de Brasil, Guido Mantega, y cosechar el visto bueno de España. En sintonía con su par brasileño, Boudou destacó que Carstens es un representante de la región y “compañero” en el G-20, pero tampoco definió la posición del país en el proceso de selección del próximo director gerente del Fondo.
El economista mexicano, quien aseguró estar mejor preparado que Lagarde, se desempeñó durante tres años como subdirector gerente del FMI durante el período de mayor desprestigio e intrascendencia del organismo. Durante su gestión, entre 2003 y 2006, el gobierno de Néstor Kirchner canceló sus obligaciones con el FMI y renegoció con los acreedores internacionales la deuda en default. El Fondo cuestionó duramente la propuesta oficial, que finalmente estableció un recorte nominal del 65,6 por ciento. “Yo estaba en el FMI, pero no a cargo de Argentina”, se excusó Carstens para luego señalar que “el Fondo cometió un error histórico al desasociarse de Argentina. Para mí, el tratamiento que recibió el país fue demasiado fuerte. Aprendí que no es apropiado que un país miembro se valga por sus propias fuerzas, siempre debe existir la flexibilidad para que continúe el diálogo. El FMI no se puede olvidar de su misión principal, que es la de ayudar a los países a tomar decisiones difíciles”.
En marzo, antes de visitar Panamá, Brasil y Uruguay, Strauss-Kahn se mostró preocupado por el rápido crecimiento que exhibían las economías de la región y reclamó controlar la demanda interna, profundizar la apreciación del tipo de cambio y subir las tasas de interés. Página/12 preguntó al mexicano si compartía esos lineamientos: “Pienso que es un poco simplista hacer un pronunciamiento para la región en su conjunto. El caso que más conozco es México, obviamente... Estamos creciendo, tenemos inflación baja, influjos de capitales, por lo tanto lo que recomendaba Strauss-Kahn no hubiera sido adecuado ni aceptable para México. No veo ningún foco en la región que implique ninguna corrección mayor en sus políticas económicas. Yo le daría más voto de confianza a lo que se está haciendo en la región”, respondió Carstens con una decisión que sorprendió a los funcionarios de Economía y el Banco Central. “Es muy importante que el Fondo se haga eco de esto”, consideró luego Boudou.
Por el contrario, en los distintos foros internacionales las delegaciones argentinas están acostumbradas a escuchar la posición ortodoxa alineada con Estados Unidos, que rechaza los controles de capitales y defiende la flotación del tipo de cambio con una mínima intervención de la autoridad monetaria. Carstens también señaló a este diario que “los pronunciamientos generales le hicieron mal al Fondo. Se dice que podemos presentar recetas universales para un amplio territorio, pero no se pueden hacer esos pronunciamientos en este momento. Cada país necesita su atención personal. El Fondo debe considerar aspectos específicos de cada país y si da recomendaciones, que sean respetuosas, tomando en cuenta los problemas específicos de cada país”.
Sin embargo, en sus discursos como funcionario del Fondo, disponibles en el sitio web del organismo, Carstens reclamó la liberalización del comercio, la creación de un clima de negocios y la flexibilización del mercado de trabajo “para incrementar la competitividad e impulsar la inversión privada”. En las reuniones que solicitó con los funcionarios argentinos, remarcó la necesidad de una mayor representación latinoamericana en los cargos de poder del FMI y el reconocimiento del aporte de los países emergentes al escenario mundial.
“Hoy la economía global crece fundamentalmente por los países emergentes. Hay países distinguidos, como Argentina y Brasil, con tasas espectaculares de crecimiento. Esos logros se tienen que reconocer, valorar y el Fondo los debe internalizar”, sostuvo durante la conferencia de prensa conjunta con Boudou, que especialmente requirió el funcionario y el protocolo de Economía debió adecuar al tamaño del economista. La gira de Carstens continuará por Canadá, China e India.
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