La competitividad de la economía argentina se ubica 45,6 por ciento por encima del promedio registrado durante los años de la convertibilidad. El indicador difundido ayer por el Banco Central en su Informe de Inflación refleja que, a pesar de los aumentos de precios, el tipo de cambio real preserva niveles elevados que favorecen la capacidad exportadora del sector agropecuario e industrial. Los esfuerzos de la autoridad monetaria para preservar un valor competitivo y sin variaciones abruptas contrastan con la sostenida apreciación cambiaria que enfrentan el resto de los países de la región. El documento publicado por la entidad que conduce Mercedes Marcó del Pont proyecta que, en el contexto macroeconómico vigente, la tasa de inversión en Argentina alcanzará a fin de año una relación superior a 24 por ciento del PIB, un nuevo record histórico. En ese sentido, advierte que la expansión de la inversión resulta clave para sostener los niveles de crecimiento actuales.

Los países de América latina experimentan un proceso de apreciación del tipo de cambio real impulsado por el ingreso de capitales especulativos que erosionan el comportamiento exportador de esos países y restringen los procesos de industrialización. La semana pasada la cotización del dólar en Brasil alcanzó su nivel más bajo desde 1999. En Argentina, el Banco Central aplica un esquema de flotación administrada del tipo de cambio que tiene como objetivo evitar la profundización de ese escenario. Así, el tipo de cambio real deflactado por salarios evidencia un nivel de competitividad 45,6 por ciento por encima del promedio 1995-2001. A su vez, el proceso de apreciación que registran los países vecinos también permite preservar elevados niveles de competitividad. El tipo de cambio bilateral con Brasil es 53 por ciento más alto que el registrado durante la convertibilidad.

La tendencia hacia la apreciación cambiaria en Argentina tiene su raíz en los aumentos de precios que están parcialmente impulsados por el incremento en el valor internacional de las materias primas. “Uno de los impactos más importantes de la suba de los precios de las materias primas sobre los países productores de estos bienes es la presión a la apreciación cambiaria de sus monedas”, explica el informe. El ingreso de divisas proveniente de las exportaciones de productos agrícolas presiona a la baja del tipo de cambio “en un nivel más apreciado que el adecuado para alcanzar con éxito un proceso de industrialización que permita lograr niveles de ocupación plena”, afirma el BCRA. A su vez, el documento señala que “el aumento de los precios de los commodities constituye un desafío importante. Las preocupaciones se centran en las presiones que genera el alza de las cotizaciones de los productos primarios sobre los precios internos y sus efectos redistributivos”.

Mientras que los países emergentes enfrentan presiones para enfriar sus economías y hacia una mayor apreciación de sus monedas, “los países avanzados giran hacia medidas fiscales restrictivas para mejorar la perspectiva de las finanzas públicas, pero podrían afectar la recuperación económica”, advierte el documento de la entidad.

En tanto, el Informe de Inflación sostiene que la evolución del crédito durante el primer semestre elevó la participación de los préstamos en el producto a 12,7 por ciento, con un cambio de composición a favor de las líneas de financiaciones al sector productivo. En ese sentido, el Banco Central explica que “el proceso actual de creación de dinero revela una dinámica virtuosa para el crecimiento económico”.