La Bolsa porteña mantuvo ayer la inercia negativa del jueves negro y las acciones líderes cerraron con una caída de 1,4 por ciento. En la semana, el panel acumuló un retroceso de 7,7 por ciento, la mayor diferencia negativa desde marzo de 2006, mientras que en unidades (3067 puntos) se ubicó en su mínimo desde octubre de 2010. En el año arrastra un rojo del 12,9 por ciento. Los activos locales no pudieron despegarse del contexto externo. Esto se reflejó también en la operatoria con títulos públicos. En la plaza cambiaria, el dólar finalizó a 4,18 pesos. El stock de reservas, luego del pago de vencimientos del Boden 2012, concluyó la semana en 50.316 millones de dólares.

En los últimos días los títulos públicos lograban mantenerse al resguardo del desplome generalizado. Ayer no fue el caso. Los cupones de PBI en pesos terminaron con una caída de 2,3 por ciento y la versión en dólares perdió 3,7. Como contrapartida de estas bajas, los inversores encontraron en el mercado local una alternativa de refugio ante la incertidumbre externa y la habitual a un proceso preelectoral. Según un informe de Puente, aumentó “notablemente” la demanda local de oro, aprovechando los precios records internacionales. La onza cerró en 1662 dólares.