Martes, 9 de agosto de 2011 | Hoy
ECONOMíA › EL CRAC > AMADO BOUDOU ADVIRTIó QUE LA REACCIóN DE ESTADOS UNIDOS Y EUROPA AGUDIZA LA CRISIS INTERNACIONAL
El ministro de Economía apuntó contra la “lógica de mercado” con la cual los países centrales están actuando frente al derrumbe financiero. En esta entrevista con Página/12 destacó las fortalezas de la economía argentina y el respaldo de la Unasur.
Por David Cufré
Amado Boudou dice con crudeza que la crisis internacional es grave, que la respuesta que están dando Estados Unidos y Europa agudiza los problemas y que no vislumbra una salida rápida. El ministro de Economía recibió a Página/12 mientras la Bolsa porteña caía más de 9 por ciento y los indicadores financieros de todo el mundo mostraban un rojo invariable. Lo acompañaba el secretario de Finanzas, Hernán Lorenzino. Ambos juzgaron que el problema central es la explosión de burbujas financieras infladas durante más de una década. Y evaluaron que la Argentina muestra fortalezas significativas para responder al desafío, las cuales se potenciarán con el “blindaje” que está armando la Unasur para la región.
–Es grave. Veremos cómo sigue. En nuestra visión y en la de algunos economistas como Kenneth Rogoff no es una crisis recesiva, sino una crisis de deuda. Tiene que ver con la explosión de burbujas que se han formado en los últimos quince años de predominio absoluto del modelo de valorización financiera. Europa y Estados Unidos están saliendo a tomar medidas a tontas y a locas, con una gran histeria, porque están sorprendidos con un esquema para el cual no estaban preparados. Había una creencia de que los problemas se iban a resolver con la lógica de los mercados, y está claro que no es así. El asunto es tan sencillo y tan complejo como que hay niveles de endeudamiento público y privado que no son sostenibles ni siquiera para quienes los propugnaron, los propios mercados.
–Están agravando la crisis. Como no pueden romper la lógica del modelo de valorización financiera, los problemas se agudizan. Muchos actores de la política económica de esos países vienen del sistema financiero. Cuando se pone un énfasis religioso en el tema fiscal lo que consiguen es profundizar las dificultades. Acá la cuestión es generar capacidad de repago de la deuda y con el ajuste no lo van a conseguir, todo lo contrario.
–Es la lógica Cavallo: hay un problema de pagos, se cortan programas sociales, se congelan sueldos, se enfría la economía, todo buscando dar señales a los mercados para que aporten más capital. Así terminamos en 2001. Una economía no puede funcionar sin trabajadores, sin un sistema que sostenga la demanda agregada, sin inversión. Están errando la lógica de cómo puede funcionar una economía.
–Un mensaje importante es que los países están tratando de actuar de manera coordinada. Eso es positivo. Pero lamentablemente no estamos previendo que las grandes potencias salgan rápidamente de esta situación. Actuar con la lógica de los mercados es darle de comer a la bestia, que se hace más fuerte y más furiosa y se lleva todo puesto. Acá hay que actuar con medidas innovadoras, creativas, como hizo la Argentina después de su gran crisis o como hizo Roosevelt en la Gran Depresión.
Lorenzino: –La reacción sigue siendo preservar al sistema financiero por sobre otras cuestiones, pero creo que paulatinamente se verá que eso no aporta soluciones y entonces los países tendrán que preocuparse por la economía real.
–Mientras Europa y Estados Unidos tienen un problema de deuda, la Argentina trabajó ocho años de manera muy concreta, muy consistente, en resolver de fondo esa cuestión. Se actuó básicamente en dos ejes. Por un lado, en la reestructuración de la deuda, con las quitas, el nuevo perfil de vencimientos y el desendeudamiento. Y por otro, en el crecimiento de la economía real. Ni el sector público ni el sector privado tienen niveles de deuda intolerables, y eso es lo que hace que nosotros sigamos construyendo certezas.
Lorenzino: –En 2001 sólo el tres por ciento de la deuda argentina estaba nominada en pesos, mientras que hoy es el 40 por ciento. Esa es otra muestra de robustez.
–No, porque salimos de ese año muy difícil y al siguiente tuvimos nuevamente un crecimiento record, y este año viene igual. Cuanto más fortalecemos el mercado interno, cuanto más fortalecemos la alianza comercial y financiera con nuestros vecinos de la región, más amortiguados son los efectos de los cimbronazos de las potencias internacionales. Además de lo que estamos haciendo internamente, es clave el trabajo que estamos encarando con la Unasur para blindar la región (ver aparte). Por otra parte, las condiciones estructurales cambiaron respecto de la época en que cualquier país se resfriaba y nosotros pagábamos las consecuencias.
–En la cuestión del endeudamiento. Los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner fueron a fondo en este tema. Rompieron con toda una forma de pensar la economía alrededor de la deuda. Esa lógica quedó expuesta por última vez cuando se debatió el pago de la deuda con reservas del Banco Central, en enero de 2010. Fue un ejemplo claro de dos visiones. Los economistas más encumbrados por los medios, incluidos Martín Redrado y Alfonso Prat Gay, y dirigentes como Gerardo Morales, Ernesto Sanz y Elisa Carrió decían: “Seamos un país normal, salgamos a tomar deuda”. Y nosotros decíamos: “Seamos un país serio, sigamos desendeudándonos”. La realidad nos está dando la razón. Nosotros detectábamos que el problema de la deuda estaba en el centro de las dificultades de la economía mundial. Acá lo que hay es un problema de un nivel de deuda intolerable para el funcionamiento de la economía.
–Rogoff fue bastante explícito en ese sentido en un artículo que publicó la semana pasada (N. de R.: ver nota “Inflación o recorte de la deuda”). Yo creo que cada país tiene que encontrar sus soluciones, como las encontró la Argentina, porque cada país tiene sus particularidades.
–Algún efecto siempre uno prevé, pero nos estamos preparando para que sean cada vez sean menos. Como dije, estamos trabajando muy activamente no sólo en los temas de la economía argentina, sino en fortalecer la Unasur.
Lorenzino: –A partir de la crisis de 2008-2009, los países han avanzado en desvincular los precios de las commodities de los mercados financieros. Los derivados de commodities que estaban tan en boga hace unos años claramente han ido mermando en importancia. Hoy sufren menos los vaivenes de la crisis internacional.
–No, seguimos teniendo capacidad para dar mucha tranquilidad a la población. No habrá sobresaltos con la moneda como no los hubo en los últimos ocho años. El nivel de reservas en el Banco Central es muy importante en términos históricos y nos da mucha tranquilidad para que el manejo de la economía lo tenga el Gobierno y no los especuladores.
–No, cuando uno lo ve en términos netos la verdad es que el comportamiento es muy estable, porque se habla de los dólares que salen y no de los dólares que entran, y eso me parece un error conceptual. Si uno dice que en los últimos tres años salieron 60.000 millones de dólares y omite decir que entraron 45.000 millones, está errando el análisis. Tenemos la posibilidad de mantener muchos dólares comerciales, producto de las políticas que ha llevado adelante el Gobierno. Esto de cuidar la frontera y de que haya superávit en la balanza comercial ha sido una de las claves de los últimos ocho años.
Los países de la Unasur apuestan a una profundización de la integración financiera y productiva como respuesta a la crisis internacional. Amado Boudou detalló a Página/12 los ejes de ese trabajo que esta semana tendrá una reunión clave en Buenos Aires.
–Estamos trabajando muy fuerte con todas las economías de Sudamérica, en el marco de la Unasur, en algunas medidas muy concretas. Tuvimos una reunión en Lima la semana pasada y el jueves y viernes vamos a reunirnos acá en Buenos Aires. Las medidas en el plano financiero tienen que ver con coordinar la administración de reservas de nuestros países y con trabajar para evitar ataques especulativos contra nuestras monedas. Hay países de la región que están sufriendo ataques y están tomando medidas importantes como el control a los capitales especulativos. Brasil está en el mismo camino por el que transita la Argentina desde 2005.
–Ese es el otro eje de la estrategia regional frente a la crisis. Tenemos la posibilidad de mucha sinergia si aumentamos el intercambio comercial entre nuestros países, y hay experiencias muy valiosas como la de Argentina y Brasil en el mercado automotor. Así que vamos a seguir en este camino, que también tiene una pata financiera que es el intercambio en monedas locales. Es un muy buen momento para trabajar coordinadamente y el consejo de ministros de la Unasur está funcionando a pleno. Es una novedad que nos animemos a pararnos como una de las locomotoras de la economía mundial.
–Actuar coordinadamente frente a un ataque especulativo, por ejemplo teniendo swaps entre los bancos centrales. Todavía estamos trabajando en los mecanismos concretos para llevarlo adelante.
–Sí, claramente. Esto no significa ser economías cerradas. Muy por el contrario, significa una mayor apertura. Pero nuestros países no se están involucrando en el comercio, sino en la integración productiva, que es un concepto mucho más valioso. Tiene que ver con integrar las cadenas de valor en ambos lados de las fronteras, y generar puestos de trabajo de valor agregado en todos nuestros países.
–Es una sustitución de importaciones regional y lo que estamos buscando es generar proveedores regionales.
–No, pero el Banco del Sur está en marcha. Estamos esperando que se complete la aprobación parlamentaria de los siete países miembros para su implementación. Mientras tanto, la Corporación Financiera Internacional (CAF) está actuando como un banco regional muy importante.
Lorenzino: –Hay una comisión técnica que está trabajando en los aspectos operativos del Banco del Sur para que cuando los congresos de los países lo aprueben pueda estar en la calle ese mismo día.
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