Martes, 9 de agosto de 2011 | Hoy
EL PAíS › OPINIóN
Por Raúl Kollmann
Se menciona que el Partido Justicia de Córdoba y José Manuel de la Sota van a decidir hoy qué voto impulsarán el domingo en las PASO. Podrían llamar a votar por CFK para presidenta o podrían no hacerlo. Lo que sí está fijado y no tiene vuelta atrás es la lista de diputados nacionales que De la Sota no podrá llevar a Cristina Fernández de Kirchner como candidata a presidenta. Esto ya está resuelto por la Justicia, de manera que ni el PJ ni el gobernador electo pueden decidir otra cosa que un llamado –nada más que un llamado– a votar por CFK o por quien ellos consideren. La realidad es que la Casa Rosada, tras la ruptura de las negociaciones con el cordobés, tuvo un gesto con De la Sota: no presentó lista del Frente para la Victoria en la elección del domingo pasado. Es probable que una alternativa de CFK a la gobernación hubiera conseguido 8 o 10 por ciento de los votos, como mínimo, lo que complicaba a De la Sota. La Presidenta, entonces, le dejó la cancha libre al Gallego, pero no permitió que la lista de diputados de De la Sota la lleve a ella como candidata presidencial. Lo notable es que el Gallego apeló ante la Justicia y los jueces le dieron la razón al FpV, negándole a los candidatos a diputados nacionales de De la Sota llevar a CFK en la boleta. La Presidenta tendrá su propia lista de diputados en Córdoba. Esto está resuelto por la Justicia, es inamovible.
Se habla mucho de “la interna de la oposición”, como si después del domingo el candidato que salga tercero, por ejemplo Eduardo Duhalde, pueda llegar a un acuerdo con el que salga segundo, por ejemplo Ricardo Alfonsín, para “cederle” el lugar y unificar votos para octubre. La realidad es que nadie puede ceder nada ni mucho menos bajarse para favorecer a otro. Si Duhalde o Alfonsín se bajaran o cedieran, están resignando en forma brutal las posibilidades de sus listas de diputados y senadores, sus candidatos a intendentes y sus nóminas a concejales. Supongamos que Alfonsín diga: “Llegamos a un acuerdo para que nuestra gente vote a Duhalde”. Eso provocaría una hecatombe en toda la estructura de su fuerza. Por ejemplo, el candidato a concejal de Quilmes de Alfonsín o de Duhalde pondrá el grito en el cielo porque sus chances se le reducen casi a la nada, dado que su referente se está bajando. Y el saldo sería terrible: el que supuestamente se baja se quedará con menos diputados nacionales, legisladores provinciales, intendentes y concejales, lo que constituiría un golpe tremendo a su fuerza. Sí puede ocurrir que haya un cierto voto útil al que salga segundo de los propios ciudadanos para fortalecer al polo opositor, pero los encuestadores coinciden en que no será fácil que un votante de Duhalde vote a Alfonsín y viceversa.
Ya se ha dicho hasta el cansancio que la provincia de Buenos Aires es el centro de la elección nacional, porque allí votan cuatro de cada diez ciudadanos de la Argentina. Pero así como es importante el conjunto del territorio bonaerense, les resulta fundamental a las fuerzas políticas tener candidatos en cada intendencia, porque esos postulantes, más la lista de concejales de esa localidad, impulsarán el voto en el distrito. Algunos datos para tener en cuenta. Sólo el Frente para la Victoria (CFK–Scioli) y la Unión para el Desarrollo Social (Alfonsín-De Narváez) tienen listas en los 135 distritos bonaerenses. Unión Popular, la alianza que lleva a Duhalde, se presenta en 99 distritos, es decir que el ex presidente no tendrá listas en 36. Hay distritos importantes, como Campana, en los cuales Duhalde no tiene listas relacionadas con él. El Frente Amplio Progresista, que lleva a Binner, va a estar presente en 86 intendencias, con lo que se ausenta de 49 distritos, mientras que Rodríguez Saá y Elisa Carrió tienen listas en 70 municipios, con lo que habrá 65 en los que Compromiso Federal y la Coalición Cívica no tendrán referentes locales en competencia.
El Ministerio del Interior no la tendrá fácil el domingo, por la sencillez para el recuento en algunas provincias y las dificultades en otras, sobre todo en la principal: provincia de Buenos Aires. Hay distritos donde será fácil contar los votos, como Capital, Santa Fe o Córdoba, porque allí sólo se vota presidente-vice, diputados y en, algún caso, senador. Serían distritos en los que CFK tendría menores ventajas y dar a conocer temprano los cómputos de esos distritos podría dar una imagen equivocada de la elección. Sin embargo, los funcionarios afirman que, por las mismas razones, también será fácil contar en Tucumán, Misiones, Salta, Catamarca, Chubut, Neuquén, Tierra del Fuego y La Rioja, distritos en los que se considera que CFK estará muy por encima del 50 por ciento de los votos. Con el ingreso de votos de la provincia de Buenos Aires, territorio fuerte de la Presidenta, previsto recién a partir de las 23, se podrán establecer las verdaderas diferencias nacionales.
Como se sabe, el operativo estará a cargo del Correo Argentino, pero el procesamiento de datos lo hará –como lo viene haciendo desde hace muchísimos años– la empresa española Indra. El cronograma sería el siguiente: serán dadas a conocer muy pocas mesas a las 21, una cantidad más abultada de los distritos sencillos a las 22 y las primeras mesas de provincia de Buenos Aires a las 23. Todo indica que la noche del domingo al lunes será larga.
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