Jueves, 25 de agosto de 2011 | Hoy
ECONOMíA › AEDA ANALIZA LOS DESAFíOS PARA EL PRóXIMO GOBIERNO
Habrá tensiones y puja de ingresos, presión de precios sobre la energía y los alimentos. Matías Kulfas y Paula Español, de AEDA, señalan que el Gobierno asumirá los costos y elegirá un salto al desarrollo, privilegiando la industrialización y el pleno empleo.
Por Javier Lewkowicz
“En la Argentina hay tensiones propias de un proceso de crecimiento fuerte con mejora en la distribución del ingreso. Países que han adoptado otros modelos, dejando apreciar la moneda, tienen otras tensiones, como la caída en el empleo y el retroceso de la industria.” Esa idea sostienen los economistas Matías Kulfas, director del Banco Nación, y Paula Español, titular del Centro de Estudios para Producción (CEP), también presidente y vice, respectivamente, de la Asociación de Economía para el Desarrollo de la Argentina (AEDA). En diálogo con Página/12 señalaron desafíos de un probable próximo mandato kirchnerista y la potencialidad de la industria nacional.
–¿Cuáles son los desafíos en materia económica de un próximo gobierno kirchnerista?
Matías Kulfas: –El tercer gobierno será el del salto al desarrollo, que supone profundizar la industrialización y llegar al pleno empleo. Para eso hay que avanzar en todo lo que se está trabajando, como el Plan Estratégico Industrial 2020, la línea de financiamiento del Bicentenario, las del Banco Nación y la Anses, profundizar el rumbo y atender prioridades sectoriales. Se debe lograr una estructura productiva más diversificada.
Paula Español: –Por ejemplo, un 40 por ciento de las importaciones industriales se podrían producir en el país, porque son sectores donde hay empresarios nacionales que no sólo producen, sino que ya están exportando.
–A grandes rasgos, la industria argentina sigue siendo altamente deficitaria en términos de divisas y son pocos los sectores dinámicos. ¿Consideran que hubo cambio estructural?
M. K.: –Hay un sector de la estructura productiva que ya era de alto dinamismo y que le fue muy bien en este período, porque venía de una base de inversiones fuerte. Pero también hay otro sector que en los ’90 estaba en una fase de destrucción total. Era netamente importador y volvió a producir y a exportar. Entonces hay que mirar de forma más balanceada el proceso de industrialización en este período. Naturalmente, se destacaron más los que ya venían bien desde antes. Pero hay otros sectores que fueron muy dinámicos, aunque a nivel agregado todavía no pesen tanto.
P. E.: –Está el mito de que sólo exportamos agro, cuando las exportaciones industriales son cerca de un tercio del total. Hay sectores que ganan participación en el mercado mundial, como algunos bienes de capital, instrumental médico, maquinaria agrícola, equipos de GNC, sectores del plástico y químicos. Hubo crecimiento fuerte en firmas medianas de capital nacional, que antes agonizaban y ahora se fortalecen. Esto es un proceso.
–¿Hay alguna necesidad común a todos los sectores industriales?
P. E.: –En general, el financiamiento a mediano y largo plazo. Muchos sectores también requieren modernizar las plantas y hay problemas para conseguir mano de obra calificada.
–¿Es necesaria una nueva Ley de Entidades Financieras para que el crédito a la producción pueda dar un salto?
M. K.: –El proyecto de Carlos Heller de ley de servicios financieros tuvo el gran mérito de instalar la discusión sobre qué rol tiene el sistema financiero en el desarrollo. Creo que con la ley existente se puede mejorar mucho más el sistema, diferenciando el crédito por regiones y tamaño de empresa o aplicando encajes diferenciales, pero sin dudas una revisión normativa es algo a tener en cuenta.
–¿Preocupa la inflación en la economía nacional?
M. K.: –Tenemos un escenario internacional distinto al de hace algunos años, con tensiones de precios en alimentos y energía, y hay diversos modos de afrontarlo. Algunos países dejan apreciar la moneda y que ingresen capitales. Lograron tener niveles muy bajos de inflación, pero también de inversión productiva y crecimiento, y eso se traduce en un estímulo mayor a las inversiones financieras. Argentina ha priorizado el crecimiento y el empleo. Los resultados han sido buenos. Entre 2003 y 2011 estamos entre los países de mayor inversión y crecimiento.
–Hay sectores que dicen que pierden competitividad y que la actual dinámica de la inflación y el tipo de cambio es insostenible en el mediano plazo.
P. E.: –Una cosa es la competitividad precio, pero también está la vinculada con la logística, infraestructura o energía. Además, la competitividad se mide en forma relativa con los socios comerciales. Son tensiones de un proceso de crecimiento fuerte con mejora en la distribución del ingreso. Otros modelos que han dejado apreciar la moneda tienen otras tensiones, como la caída en el empleo y el retroceso de la industria.
M. K.: –Hace años que el tema siempre está en la agenda, pero si la competitividad fuera baja a nivel agregado, las exportaciones industriales deberían haber caído y en cambio siguen subiendo, y la capacidad instalada no debería haber crecido un 40 por ciento. No veo el problema de competitividad ni creo que lo sea en el futuro.
–¿Cómo evalúan el actual escenario internacional?
M. K.: –Ahora el problema es con la deuda soberana. El sistema financiero es reacio a las reestructuraciones, pero en cualquier negocio común si algo sale mal los costos se reparten. En el sistema financiero parece que no. Es importante resaltar la fortaleza argentina. Si en 2009, el pico de la crisis, salimos muy bien parados, las perspectivas son ahora más favorables.
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