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Empresarios de las cámaras más grandes del país, la conducción de la CGT, gobernadores de distintas provincias y miembros del gabinete nacional no ahorraban elogios mutuos y abrazos durante la previa a la cena por las avenidas de Tecnópolis. “Esto es raro, campo, industria y sindicatos todos juntos. Todas las diferencias son cosas del pasado”, aseguró a Página/12 el titular de la UIA, José Ignacio de Mendiguren, mientras aguardaba la llegada de la presidenta de la Nación. El crecimiento económico y la “contundencia” del resultado de las elecciones primarias eran el puntapié inicial con el que todos los empresarios consultados iniciaban sus intervenciones. Los cuestionamientos, por lo menos ayer, quedaron relegados a un lejano segundo plano, en el cual la inflación, el Indec y la necesidad de “mayor seguridad jurídica para invertir” encabezaban el menú de los lamentos industriales. Al mismo tiempo, advertían sobre los posibles impactos de la crisis financiera internacional. “Tenemos que seguir trabajando para que este enamoramiento continúe. Argentina es un país que necesita todo el tiempo gobernabilidad, esta sociedad entre trabajadores, empresarios y gobierno es gobernabilidad pura y dura”, explicó a este diario el ministro de Planificación Federal, Julio De Vido. “Cristina está volviendo a ser la de 2007, la que tanto apoyé”, expresó el titular de Fiat, Cristiano Ratazzi, acostumbrado a cuestionar sin filtros el rumbo de la política nacional. Sin embargo, lejos de sus declaraciones donde advertía sobre la gravedad de los aumentos de precios, el empresario afirmó que “la inflación es un problema de toda la sociedad que vamos a enfrentar en conjunto”. De Vido, mientras compartía una conversación con el canciller, el ministro del Interior y el titular de Justicia mientras esperaba a Cristina Fernández, explicó a este diario que “hay un buen clima que creó el resultado electoral, un resultado que no es una casualidad, es producto de un trabajo político, económico y social. Era un esfuerzo que no se veía y se reflejó en las Primarias”.

Mientras recorría la Avenida Bernardo Houssey, la principal arteria de la feria científica, Débora Giorgi explicó a este diario que “el crecimiento económico e industrial argentino tiene como pilares la inversión en infraestructura, en capital humano y en ciencia, tecnología e innovación. Ahí reside la real competitividad del aparato productivo en el largo plazo y no hay viento de cola que la justifique”. La ministra de Industria arribó a Tecnópolis junto con la Presidenta. Entre las mesas dispuestas para la cena se podía observar, por ejemplo, un encendido diálogo entre los gobernadores de San Juan y Chaco, José Luis Gioja y Jorge Capitanich, junto con su par electo de Santa Fe, Antonio Bonfatti. Las cumbres entre ministros y gobernadores se reproducían por todo el evento.

La coupé Justicialista Sport, el modelo de 1954 en tonos crema y verde, ubicada en el stand que comparten las carteras de Industria y Trabajo, era la atracción principal para empresarios, funcionarios y dirigentes sindicales que se paraban para sacarse fotos. El secretario general de la CGT, Hugo Moyano, ingresó acompañado del titular de la UIA, pero el acceso a la cena se demoró porque en el camino se cruzaron con los gobernadores de Buenos Aires y Mendoza, Daniel Scioli y Celso Jaque, con quienes intercambiaron unas breves palabras. El mendocino destacó la recuperación de la actividad industrial y el agregado de valor. En ese sentido, destacó que “es lógico que empresarios, sindicatos y gobiernos trabajemos en conjunto”.

Los miembros del Consejo Directivo de la central sindical Juan Carlos Schmid y Omar Plaini llegaron antes. Se los vio interesados en los aviones Pulqui y la carpa Hielos Argentinos. En tanto, mientras que un conjunto de secretarios del ministerio de Industria recorrían el stand, en la entrada el presidente de Volkswagen y ex canciller de Austria Viktor Klima conversaba entretenido con los miembros de la conducción del gremio de mecánicos (Smata) Ricardo Pignanelli y Mario Manrique.