Usura, abuso, rapiña financiera. Esas fueron algunas de las expresiones que utilizaron ayer la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y el titular de la Anses, Diego Bossio, al anunciar un cambio en el funcionamiento de los créditos a jubilados y pensionados por código de descuento de haberes. La mandataria dio a conocer un decreto por el cual se establece un tope a la tasa de interés de esos préstamos. Las mutuales, cooperativas y demás entidades que los conceden no podrán cobrar más de cinco puntos porcentuales que el costo que aplica el Banco Nación por el mismo tipo de financiamiento. En la actualidad, el banco estatal está cobrando 22,93 por ciento de Costo Financiero Total (CFT) por préstamos a doce meses, cuando el promedio entre esas otras entidades se ubica en 70 por ciento, con picos de hasta 159 por ciento. “Creemos en los créditos, pero no vamos a aceptar la usura institucionalizada”, sentenció la jefa de Estado. Algunos renombrados bancos del sistema están asociados a aquellas mutuales (ver aparte).

El anuncio oficial tuvo un segundo componente. El Gobierno habilitó a la Anses a utilizar hasta un 20 por ciento del Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) para dar préstamos del mismo tipo a jubilados y pensionados. El FGS asciende en la actualidad a 200.000 millones de pesos, con lo cual se podrían destinar hasta 40.000 millones a proveer apoyo financiero a los beneficiarios del sistema previsional. Sin embargo, el ritmo inicial será más lento. Durante 2012 los préstamos por esta vía rondarán los 5000 millones de pesos. Una posibilidad que estudia la Anses es derivar los créditos a través del Correo y el Banco Nación. El FGS es la institución que administra los ahorros previsionales. Se nutrió en su origen con los 98.224 millones de pesos que entregaron las AFJP cuando dejaron de operar y luego creció hasta alcanzar su nivel presente.

De acuerdo con datos de la Anses, en la actualidad hay casi dos millones de jubilados y pensionados que tomaron créditos con el mecanismo de código de descuento. El número exacto es 1.993.109 personas. Esto equivale al 34 por ciento del total de beneficiarios del sistema previsional. Es un universo significativo que está padeciendo “situaciones de abuso” por parte de cooperativas y mutuales, según definió Bossio ante Página/12. El funcionario aclaró que la vigencia del decreto es hacia adelante, por lo cual no habrá cambios en las tasas de los préstamos ya concedidos. Sin embargo, el funcionario estimó que la significativa baja en el costo de esos préstamos liberará fondos que los jubilados podrán destinar al consumo (ver reportaje aparte).

El código de descuento fue instituido en 1993 en la misma ley que dio origen a las AFJP. Permite que cooperativas, mutuales, centros de jubilados y sindicatos, entre otros, presten servicios financieros a jubilados y pensionados. Cada una de esas entidades debe firmar un acuerdo con la Anses para poder operar. El convenio las habilita a cobrarse las cuotas de los créditos directamente del haber del jubilado. La Anses actúa como agente de retención y les deriva el dinero. De allí que la morosidad sea prácticamente nula y la falta de pago que puede darse por el fallecimiento del titular se cubre con un seguro de vida de muy bajo costo, equivalente a 0,35 por ciento, contra tasas del 70 por ciento en promedio. “Es un sistema que se torna perverso”, calificó Cristina Kirchner. Y dio un ejemplo. Hasta ahora, por un préstamo de 2000 pesos a saldar en 30 cuotas, el tomador terminaba devolviendo 6036,20 pesos, a razón de 213,21 pesos por mes. El Costo Financiero Total en este caso era de 159 por ciento. “El jubilado pagaba tres veces el crédito que había obtenido”, se escandalizó la Presidenta. Con el decreto anunciado ayer, el mismo préstamo de 2000 pesos a 30 cuotas obligará al tomador a reintegrar 2678 pesos, 89,27 por mes. Es una disminución del 139 por ciento, que dejarán de ganar los financistas y quedarán en los bolsillos de los jubilados.

“Esto significa finalizar con la usura financiera y hacer más transparente el sistema”, sostuvo CFK. El stock de préstamos asciende a 10.910 millones de pesos. El volumen del negocio explica la presión que venían ejerciendo cooperativas y mutuales para frenar una medida que se veían venir. De hecho, la Anses intentó una acción similar en noviembre de 2009, cuando fijó por resolución un tope a las tasas de interés de los créditos. Esa decisión fue frenada en Tribunales a través de una medida cautelar aún vigente. “La verdad no se entiende ese amparo, porque siempre nos dicen que la Justicia quiere cuidar a los jubilados. (Pero) los cuidan cuando la plata la pone el Estado, cuando la plata se la sacan a los privados la Justicia no existe”, reprochó Fernández de Kirchner.

La Presidenta completó esa frase con una mención sugestiva, que pareció abrir la puerta a un anuncio por venir. “Si el Estado tiene que poner la plata, la tiene que poner, toda, corresponda o no corresponda, doble o triple. Todavía tenemos jubilaciones de privilegio. También vamos a comenzar a hablar de eso más adelante”, advirtió. Algunos de los regímenes previsionales “de privilegio”, con jubilaciones mayores a 50 mil pesos, son los que benefician a jueces y diplomáticos.

La caída en el Costo Financiero Total de los préstamos de cooperativas y mutuales de 70 por ciento promedio a 28 por ciento como máximo, según la tasa actual del Banco Nación más los cinco puntos añadibles, no llevará a la quiebra a nadie, según indicó la Presidenta. “Les puedo asegurar que el Banco Nación no regala el dinero. Lo que estamos diciendo sigue siendo un excelente negocio. No estamos haciendo socialismo con la plata de los demás. En la Argentina son todos socialistas con la plata de los demás. Nosotros no. Creemos en el crédito. En lo que no creemos ni vamos a aceptar es la usura institucionalizada”, remarcó. Finalmente, la Presidenta dedicó el anuncio al fallecido subsecretario de Comercio Exterior, Iván Heyn, a quien recordó con especial cariño (ver página 6).