Sindicatos petroleros de Río Negro, Neuquén y La Pampa anunciaron para hoy un paro de actividades en reclamo de la reincorporación de obreros del sector y cuestionaron a empresas que “anuncian inversiones, pero no las concretan”. La huelga fue ratificada ayer en una asamblea del gremio de Gas y Petróleo Privado de esos tres distritos patagónicos, en un acto que encabezó el sindicalista Guillermo Pereyra, alineado con al actual jefe de la CGT, Hugo Moyano. Los petroleros señalaron que el paro será por 24 horas y comenzará a las 8 de mañana, aunque admitieron que acatarán una conciliación obligatoria si así lo disponen las autoridades laborales.

Durante la asamblea, que se realizó en el paraje rionegrino Vuelta de Obligado, Pereyra cuestionó los manejos empresarios al señalar que algunas compañías “anuncian inversiones, pero no las concretan”. El sindicalista respaldó la postura de las provincias que integran la Organización Federal de Estados Productores de Hidrocarburos (Ofephi), apuntando que “cuando los gobiernos buscan incrementar un 15 por ciento la producción, las empresas desactivan equipos de trabajos”.

Por otra parte, la Cámara de Empresas de Servicios Petroleros de Chubut se sumó a la denuncia del gobierno provincial y rechazó los argumentos dados por YPF ayer en conferencia de prensa (ver nota principal en esta página). “La empresa YPF le está tomando el pelo a la gente, el aumento de reservas del que hablan sólo es posible por la escandalosa caída de la producción de los últimos años”, señaló la entidad que agrupa a los dueños de estaciones de servicio de la provincia. La cámara denunció que “a pesar de todo lo que dicen, YPF invierte cada vez menos y somos nosotros los perjudicados”.

La CESP recordó que “los estacioneros venimos sufriendo la falta de combustible por la negativa de la empresa a entregarnos lo necesario y esto, en zonas alejadas de los grandes centros urbanos como la Patagonia, genera graves trastornos”. Y reflexionó finalmente: “Ahora resulta que las inversiones de la empresa son fenomenales, mientras los estacioneros esperamos con angustia que llegue el camión con el combustible porque, si no, no tenemos nada para vender”.