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“Ay de nosotros si no existiera el Mercosur”, afirmó el presidente de Uruguay, José Mujica. Durante la asamblea anual del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el mandatario uruguayo reconoció que existen contradicciones y disputas comerciales al interior del bloque regional, pero enfatizó la relevancia estratégica del Mercosur para el crecimiento de las industrias locales y el fortalecimiento de los mercados internos en el actual escenario internacional. “Los defectos del Mercosur son nuestros defectos y los vamos a pelear a muerte, sin concesiones y sin aflojar”, aseguró Mujica. Las autoridades del BID enfatizaron la necesidad de profundizar la integración regional como mecanismo para enfrentar la crisis internacional.

“Si no tuviéramos el Mercosur a quién le venderíamos esos autitos que armamos nosotros, ¿se los venderíamos a Alemania o a Estados Unidos?”, se preguntó Mujica en referencia a las ensambladoras de autos instaladas en Uruguay con capitales chinos, cuyas exportaciones se vieron afectadas transitoriamente por medidas paraarancelarias aplicadas por Brasil. “¿Qué le diría yo a nuestra industria privada más importante, la lechera Conaprole? ‘Has perdido tu mercado principal, Brasil, porque vamos a apostar al mundo abierto’. Me matan”, apuntó el mandatario.

“Tenemos un Mercosur que tiene sus contradicciones, que respetamos poco y que todos los días le hacemos alguna crítica, pero ay de nosotros si no existiera”, apuntó Mujica. “Los defectos del Mercosur son nuestros defectos y los vamos a pelear a muerte, sin concesiones y sin aflojar. Negociando, peleando y renegando”, sostuvo el mandatario, y agregó: “Si no podemos negociar con dólares, vamos a trocar y si tenemos que hacer cuotas vamos a tener cuotas y a decirles a nuestros industriales: ‘Este es el parámetro que tienen’”, prometió.

Las tensiones comerciales al interior del bloque regional exceden la actual coyuntura de crisis internacional. Las asimetrías intra Mercosur están presentes desde su constitución. Si bien las medidas proteccionistas desplegadas por los gobiernos de Brasil y Argentina generan rechazos dentro y fuera de sus fronteras, se trata de instrumentos que están contemplados incluso por la Organización Mundial de Comercio, organismo promotor del libre comercio a nivel global.