Cristina Fernández de Kirchner anunció ayer que las compañías de telefonía celular deberán facturarles a sus clientes cada comunicación desde el momento en que el destinatario atiende la llamada o se activa su contestador, y no desde que se marca el número. La decisión se oficializará hoy, a través de la publicación en el Boletín Oficial de una resolución de la Secretaría de Comunicaciones. “Actualmente se cobra desde que comienza el pi pi pi”, afirmó la Presidenta antes de explicar que, debido a la falta de una regulación sobre el tema, las empresas le suelen facturar al usuario el tiempo de espera previo a la concreción de la llamada. Las firmas tendrán noventa días para adecuarse a la nueva norma.

En los considerandos de la norma, se informa que Telefónica cobra las comunicaciones desde que la señal de llamada supera los treinta segundos y hasta que el cliente corta debido a la falta de respuesta. La autoridad regulatoria detalló además que la empresa Claro le informó que cobra el tiempo de espera, aunque se concrete o no la comunicación, ya que éste lleva asociada la utilización de recursos de red (canales de aire, facilidades de conmutación y ruteo). Por último, en la resolución se cita el caso de Nextel, empresa que le factura al cliente desde que éste aprieta la tecla Send, sólo si la comunicación se concreta.

La Secom informa también en los considerandos de la resolución que la Comisión Nacional de Comunicaciones (CNC) hizo consultas a las autoridades de aplicación de Paraguay, Uruguay, México y Estados Unidos. La mayoría coincidió en manifestar que la tasación de las comunicaciones se realiza a partir del momento que el destinatario de la llamada atiende, o en su defecto el contestador, cobrándose cargos únicamente por comunicaciones establecidas. La única excepción fue la Comisión Federal de Comunicaciones de Estados Unidos, la cual informó que no interviene regulatoriamente en los acuerdos de tarifación celebrados entre las compañías y sus clientes.

En la norma que saldrá publicada hoy también se detalla que la Gerencia de Control de la CNC elevó al interventor de dicho organismo el 23 de julio de 2002 un informe donde aclaró que en las redes de telefonía fija nunca fueron facturados los recursos utilizados para el establecimiento de una comunicación durante los intentos de llamada y tampoco se lo hace en telefonía móvil cuando el celular del destinatario da ocupado, está apagado o fuera del área de cobertura. Por lo tanto, “no pareciera existir una razón en virtud de la cual cuando una llamada se origine en un móvil deba tasarse y facturarse el tiempo de aire utilizado previo al establecimiento de una comunicación”. Incluso se cita otro informe del Area Económica Financiera de la CNC del 20 de noviembre de 2003, donde ya se advertía que “...no resultan razonables los fundamentos utilizados por las licenciataria en los que amparan su decisión de facturar el servicio de telefonía celular desde que se presiona la tecla Send, por cuanto no sería a partir de ese momento en que se hace efectiva la prestación del servicio”. En base a todos estos antecedentes, lo llamativo es el tiempo que tardó el Gobierno en ponerle freno a esa práctica.

Héctor Polino, titular de Consumidores Libres, afirmó que la medida “es importante porque se avanza en el camino de quitarles previlegios y ganancias injustificadas a las empresas”. La directora del Centro de Educación al Consumidor, Susana Andrada, coincidió al remarcar que “de este modo se trata de poner coto a estas compañías que han tenido un trato desleal con los consumidores”. Enrique Carrier, titular de la consultora especializada en telecomunicaciones Carrier & Asociados, señaló a Página/12 que “probablemente la decisión oficial tenga impacto para las empresas debido a la cantidad de llamadas que concentran, pero para el consumidor va a ser irrelevante en términos económicos, pues lo que le dejan de cobrar es sólo una fracción de algunas llamadas”. Además, recordó que todavía está pendiente la licitación del espectro que devolvió Movistar en 2008, el que ayudaría a mejorar el servicio y eventualmente le daría lugar al ingreso de nuevos operadores, generando mayor competencia y actuando de freno contra las subas de precios.