Miércoles, 18 de julio de 2012 | Hoy
ECONOMíA › EXPECTATIVAS EN EL SECTOR DE LA CONSTRUCCIóN POR EL PLAN PRO.CRE.AR.
Hugo Molina, titular de la Comisión PyME de la Cámara de la Construcción, consideró que el sector superará “el parate y se va a ir reacomodando”. No cree que las medidas cambiarias frenen las ventas. Del plan Pro.Cre.Ar. dijo que “es una apuesta importante”.
Por Cristian Carrillo
Este viernes se realizará el sorteo para la adjudicación de los primeros créditos para vivienda Pro.Cre.Ar. A la fecha existen 1,7 millón de inscriptos. La medida genera enorme expectativa en la actividad de la construcción. El presidente de la Comisión PyME de la Cámara Argentina de la Construcción (CAC), Hugo Molina, en diálogo con Página/12 analizó la incidencia que tendrá el plan en las 25.000 empresas del sector, de las cuales el 93 por ciento son pequeñas y medianas. El empresario se refirió también al impacto en la actividad de los mayores controles a la compra de moneda extranjera. “El Estado está tomando medidas para sostener la actividad en el largo plazo y el mercado va a tener que adaptarse a eso”, dijo. Molina reconoció que existen problemas con la importación de algunos productos para terminación, pero asegura que la situación no está afectando los negocios.
–¿Qué viabilidad ve en Pro.Cre.Ar y cómo impactará a las pymes del sector?
–El secretario de Obras Públicas, José Francisco López, nos informó hoy (por ayer) que hay 1,7 millón de inscriptos para el plan, de los cuales 65 por ciento cuentan con terreno propio. Esto para las microempresas representará mayor trabajo, a partir de las construcción de viviendas o ampliación. Por su parte, las pequeñas y medianas empresas se beneficiarán de las obras del gobierno nacional y provincial en la infraestructura que rodeará los emprendimientos. Todavía el camino es incipiente, pero la apuesta es importante.
–Las inmobiliarias se quejan de que no fueron consultadas para el armado del plan.
–No puedo hablar por los demás, pero la Cámara preparó varios modelos internos que se acercaron al gobierno nacional como propuestas. Cuando el Gobierno lanza el Plan Federal de Viviendas, se logra atender a un segmento de la población con muchas carencias, mientras que la clase alta comenzó a realizar inversiones en nuevos desarrollos, como Puerto Madero. En ese esquema veíamos que había una necesidad insatisfecha para la clase media y el Gobierno mostró la decisión de atender ese segmento.
–¿Cuál es el impacto de los mayores controles para la compra de dólares?
–Nada es extremo. No se puede pensar que por las actuales medidas no se van a vender más propiedades. Esto va a tender a reacomodarse. El Estado está tomando medidas para sostener la actividad en el largo plazo y el mercado se va a tener que adaptar a eso. Hay empresas desarrolladoras que de hecho promueven las inversiones en moneda local. Es verdad que el mercado mostró un parate, pero seguramente se irá revirtiendo en la medida en que los actores se acomoden a las nuevas reglas de juego.
–¿Entonces es viable un mercado inmobiliario pesificado?
–Sí. De todos modos, no debe olvidarse de los que tienen una óptica inversora, que buscan obtener una renta en moneda extranjera para retirarse al cierre de la operación, distinta de la del constructor. Antes, los planes de inversión lo hacían economistas; ahora lo estamos haciendo los ingenieros y ése es un cambio de paradigma.
–¿Cómo les está impactando la crisis global?
–En cuanto a insumos no tenemos problemas, porque los principales como el hierro y el cemento se producen en el país. El problema mayor en todo caso lo tenemos con la importación de algunos elementos, como equipamiento, maquinaria y repuestos (como neumáticos para la maquinaria vial) por falta de stock. También hay escasez de productos para terminación de las obras, como la línea blanca. De todos modos, no veo que esto sea un obstáculo como sucede con otras actividades.
–¿Cuáles son los reclamos que reciben de las pymes del sector?
–Los ejes sobre los que trabajamos en el departamento son conocimiento, relacionamiento, capacitación, financiamiento y desarrollo. En esa paleta de opciones, la falta de financiamiento es el principal. La ayuda básicamente proviene del Gobierno, porque los bancos no están a la altura del pedido de las pymes. En la construcción el gran tema crediticio es el capital de trabajo, porque es una actividad que pone mucho valor en juego.
–¿Existen desarrollos fuera del país?
–Algunas dan servicio en el exterior, Son empresas que venden proyectos ejecutivos. Por caso, se hace una represa en otro país y la ingeniería se desarrolla en la Argentina. Las pymes no salen como tales a operar en el exterior, sino que se realiza mediante joint ventures. La actividad petrolera es también un sector que tracciona a otros emprendimientos, como la expansión de las estaciones de servicio en países de la región. Brasil es también un gran demandante de profesionales locales. La mano de obra es siempre del lugar. Un ejemplo es el de dos arquitectos argentinos que exportaron a Chile el servicio de ingeniería para una obra a partir de la utilización de técnicas ecológicas.
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