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La soja volvió a trepar en el mercado de Chicago y llegó a un record de 635,3 dólares la tonelada. El rally alcista que muestra la oleaginosa este año tiene su origen en la sequía que afecta a Estados Unidos, mayor productor a nivel mundial, además del contexto general de especulación financiera con los commodities y la sostenida demanda de China. En la jornada de ayer, la suba fue de 2,7 por ciento, que equivale a 16,8 dólares. Para la economía nacional, el alza de la soja genera más alivio en el frente externo, a partir del ingreso de divisas provenientes de la exportación, y también en plano fiscal, a partir de la suba en la recaudación por retenciones. Sin embargo, genera tensiones a partir de la competencia del área sembrada con otras actividades menos rentables, como, por ejemplo, la lechería o la ganadería, o cultivos de economías regionales, y puede tener impacto en los precios internos. En lo que va del año la soja subió 210 dólares, de 425 a 635 dólares la tonelada, un alza de 49,4 por ciento. También se registraron ayer precios record en trigo y maíz.

La situación que consolidó la suba de la soja fue la expectativa de una menor cosecha en Estados Unidos. Según el Mapa de Monitoreo de la Sequía que publicó recientemente el gobierno norteamericano, el estado de Iowa tiene más de la mitad de sus suelos con “sequía severa” e Illinois tiene “sequía extrema” en el sur y “sequía severa” en el resto de los suelos. El panorama más delicado se presenta en Indiana, donde la sequía extrema cubre más de la mitad de su superficie.

Durante la jornada de ayer, el precio de la oleaginosa llegó a negociarse a 638,9 dólares la tonelada, para cerrar en 635,3 dólares, un record histórico frente al valor registrado el miércoles. Solamente en julio la soja ya avanzó un 22 por ciento. La sequía impulsó un salto en el maíz, que también marcó un tope histórico en Chicago, al llegar a los 320,1 dólares la tonelada, y en el trigo, que mostró una variación positiva de 3,4 por ciento, para terminar en 343,2 dólares. En este último caso, se suma a los inconvenientes en Estados Unidos la preocupación en relación a las condiciones climáticas en la región del Mar Negro, que también tiene importante peso en la oferta mundial.

Se estima que la producción mundial de soja rondará las 267,2 millones de toneladas. La Argentina concluyó la última cosecha con 41 millones de toneladas y según el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, en la campaña 2012/2013 la producción local podría ascender a 55 millones de toneladas. Los precios, además de estar relacionados a la oferta y la demanda mundial, se explican por un auge especulativo motivado por la política de bajas tasas de interés de la Reserva Federal y el Banco Central Europeo. El factor financiero, a su vez, se monta sobre la sostenida demanda proveniente de China y otros países asiáticos.