ECONOMíA › PREOCUPA EN EL GOBIERNO LA CAIDA DEL DOLAR. ESPERA RECLAMOS DE EXPORTADORES
El Central es una aspiradora de dólares
El Banco Central compró 125,9 millones de dólares, acumulando 516,1 millones en lo que va del mes. Con esa intervención ya quedan descolocadas la metas reformuladas con el FMI. La bicicleta está a pleno: 12,5 por ciento anual en dólares.
Por Claudio Zlotnik
Alfredo Atanasof negó que hubiera “inquietud” en el Gobierno ante la baja del dólar, pero el ministro de la Producción, Aníbal Fernández, lo desmintió: remarcó que el retroceso del tipo de cambio está afectando a los productores agropecuarios, que pagan un 20 por ciento de impuestos (retenciones) sobre sus exportaciones. La advertencia de Fernández refleja que la discusión ante la baja del dólar no se limita a lo financiero sino que se extiende al sector productivo. Ayer, el Banco Central realizó otra fuerte intervención en el mercado, al comprar 125,9 millones de dólares para sostener la paridad. La moneda estadounidense cerró sin cambios, a 2,75 pesos para la compra y 2,79 para la venta.
A media hora del final de las negociaciones, el dólar se ubicaba en 2,77 pesos en las casas de cambio y a 2,76 en el mercado mayorista. Fue en ese momento que desde la mesa de operaciones del Banco Central se lanzó una fuerte ofensiva para subir el precio. Lo logró comprando todas las ofertas que se presentaban en las pantallas electrónicas, aun aquellas más caras que el promedio.
En lo que va del mes, el Central ya adquirió 516,1 millones de dólares y quedó a tan sólo 4 millones de romper el record mensual de compras de divisas. Es decir que Alfonso Prat Gay está a punto de consumir toda la pauta de emisión pactada con el Fondo a comienzos de mes. En apenas una semana se emitieron unos 1400 millones de pesos de los 1600 millones avalados por Washington. En la city descuentan que la cúpula de la autoridad monetaria volverá a renegociar la meta monetaria, que es indicativa y no de cumplimiento obligatorio.
Por ahora, el Banco Central se prestó al juego de los financistas. Les entrega a éstos pesos por los dólares que recibe. Si no lo hiciera, el tipo de cambio seguiría su camino descendente, un escenario que el Gobierno no quiere. Con los pesos en su poder los inversores los hacen rendir en el mercado, ya sea como depósitos o adquiriendo Letras del Banco Central. Producto de este movimiento, las colocaciones bancarias del sector privado crecieron 613 millones de pesos en los primeros tres días hábiles del mes.
Un ejemplo de las jugosas ganancias que deja la bicicleta financiero: un inversor vende 10.000 dólares y obtiene a cambio 27.800 pesos. Este dinero lo coloca en un plazo fijo a seis meses, a una tasa del 25 por ciento anual. En forma simultánea, adquiere dólares en el mercado de futuros -por los cuales sólo debe disponer el 20 por ciento de la operación a modo de garantía–, también a 180 días. Ayer, el dólar a ese plazo cerró en 2,93 pesos. Transcurrido el tiempo, el inversor obtendrá de su depósito una ganancia de 3378 pesos, por lo que ahora contará con 31.132 pesos. Pero como había comprado 10.000 dólares a 2,93 para cubrirse, la renta neta final ascenderá a 1832 pesos. Equivalente a una tasa de interés del 12,5 por ciento anual en moneda dura. Un resultado imposible de obtener en mercados desarrollados. Así se comprende por qué la Argentina se convirtió en un atractivo para los capitales golondrina.
El hecho de que se acelere la bicicleta financiera preocupa a Roberto Lavagna, más aun en una semana de definición política. También existe malhumor por el efecto adverso que la baja del dólar tiene en las expectativas del Gobierno. Aníbal Fernández admitió que el dólar se encuentra en niveles “no deseados”. “Hasta que se recomponga esa situación habrá un problema”, añadió, en relación al impacto negativo que este descenso tiene en el sector productivo. En el equipo económico, incluso, ya se imaginan los reclamos que atenderán de los exportadores una vez que pasen las elecciones del 18, en caso de que triunfe Néstor Kirchner. Si se descuentan las retenciones, los exportadores perciben un dólar a 2,23 pesos. Un valor al que, si a su vez se descontara el mix de inflación minorista-mayorista (del 70 por ciento) se llegaría a una paridad de 1,31 peso por dólar. Muy cerca del valor de la convertibilidad. Es por esto quese aguardan presiones de los exportadores para eliminar las retenciones. Un tema del cual el Gobierno piensa resistir: en concepto de esos impuestos, el Estado recauda unos 700 millones de pesos cada mes.
El economista Javier González Fraga pronosticó una mayor caída del tipo de cambio real. “Como hay poca inflación esa tendencia se nota a nivel nominal”, expresó. Una realidad no escapa a Lavagna. Como tampoco la actual pulseada con los financistas y la que viene con los exportadores.