ESPECTáCULOS
“Es un homenaje a los jóvenes que fueron convertidos en víctimas”
Alicia Zanca y Laura Novoa explican el sentido de la puesta de “Romeo y Julieta” que estrenan hoy, en que se refuerza el perfil idealista de los jóvenes amantes.
Por Hilda Cabrera
“¡Mi único amor brotó de mi único odio! Demasiado pronto le vi sin conocerlo y demasiado tarde le he conocido.” Esta reflexión de la adolescente Julieta resume una de las escenas más poéticas de la historia de los célebres amantes de Verona. Perteneciente a la primera época creativa de William Shakespeare, la que va de 1590 a 1599, y en la que se ubican, entre otras, Ricardo III, Sueño de una noche de verano y El mercader de Venecia, Romeo y Julieta generó innumerables y muy diferentes versiones. Algunas secuencias de esta historia fueron incluso retomadas por el mismo Shakespeare, a veces en tono paródico, como es el caso de Cymbeline (entre 1608 y 1612). Allí, el despertar de Imogena junto al cadáver de quien ésta cree es el de Póstumo se emparienta con el episodio del sepulcro. Tampoco la anécdota era nueva: se hallaron antecedentes en autores italianos, como Luigi da Porto, quien le otorgó a la leyenda visos de auténtico episodio histórico veronés. En opinión del investigador italiano Mario Praz, Shakespeare se inspiró sobre todo en la versión hecha por Arthur Brooke en su poema “The Tragical Historye of Romeus and Juliet”, de 1562.
A las incontables adaptaciones llevadas al teatro y el cine, se suma ahora una puesta local. En versión del dramaturgo Mauricio Kartun, y con dirección de Alicia Zanca, sube hoy a escena otra Romeo y Julieta. El estreno es en el reacondicionado Teatro Regio, de Av. Córdoba 6056, y está a cargo de un elenco entrenado en la actuación, el canto y la acrobacia. En diálogo con Página/12, Zanca dice haber solicitado a Kartun que el prólogo deje en claro la postura de los personajes jóvenes ante las actitudes de los mayores. “Porque en Romeo y Julieta, los jóvenes son víctimas. Mueren casi todos, y no sólo aquellos que se rebelaron. Cae también Paris (el conde que el padre de Julieta eligió para esposo de su hija). Es el odio de los mayores lo que los arrastra a la tragedia”, puntualiza la directora, apenas iniciada la entrevista junto a la actriz Laura Novoa, intérprete de Julieta. De este montaje, que se ofrecerá de miércoles a domingo, en diferentes horarios y a precios populares (2,50 los miércoles y 5 pesos los demás días), participan Pablo Rago, Leandro Aíta, Andrés D’Adamo, Pablo Finamore, Maximiliano Ghione, Marcelo Iripino, Virginia Lombardo, Dolores Ocampo, Hernán Peña, Gastón Ricaud, Roxana Rodríguez, Ignacio Rodríguez de Anca, Leonardo Saggese y Claudio Tolcachir.
–¿Se intenta poner el acento en los jóvenes como víctimas de viejos odios o en la fuerza de su pasión amorosa?
Alicia Zanca: –Una de las lecturas que podemos extraer de esta obra es la del filicidio. Pero Romeo y Julieta es ante todo una historia de amor excepcional, donde una joven es capaz de oponerse a los prejuicios de su época, y en ese apasionamiento arrastra al varón. Romeo y Julieta crecen desde el amor. Aparecen en la obra valores que son aportes del Renacimiento, de un período en el que lo espiritual se complementa con la sensualidad.
–¿La actitud de Julieta puede verse como síntoma de una situación dada, como en otro plano y en otra obra (Hamlet) puede serlo la locura y el suicidio de Ofelia?
A. Z.: –No sé si es un síntoma, pero Julieta es quien lleva la acción, y Romeo acepta.
–¿Qué sentido tiene en esta puesta la acrobacia?
A. Z.: –Me interesaba partir de valores respetados en el plano de lo espiritual y ético. En la fiesta que se ofrece en casa de los Capuleto (donde se produce el encuentro de los jóvenes), el padre presenta a Julieta como si fuera un ser etéreo. En esta puesta, Julieta es un raro ángel que no se desentiende de la sensualidad. Ella se hace cargo de supasión por Romeo, hijo de un Montesco (familia enemiga de los Capuleto) que asiste a la fiesta enmascarado. Mi propósito no era que los actores y las actrices volaran porque sí. Ese espacio aéreo se relaciona con algunas libertades renacentistas y vivencias actuales. Ensayamos la obra durante siete meses, y en ese tiempo pasaron muchas cosas. Creo que algo quedó resonando.
–¿Cómo fue creciendo Julieta?
Laura Novoa: –Cuando Alicia me propuso trabajar en un espacio aéreo, empecé a entrenarme con Mariana Paz. Ella es la autora de las coreografías de altura. Como soy muy obsesiva, terminé aprendiendo. Hago acrobacia en soga indiana y actúo a cinco metros de altura sujeta sólo de mi muñeca. Después de ese aprendizaje, comencé a trabajar con las telas, que hacen de balcón.
A. Z.: –El espacio aéreo es sinónimo de juventud. Lo veo como el lugar de los que aman de manera excepcional.
–¿Se ama así sólo en esa etapa de la vida?
L. N.: –Como en la vida, en el amor uno hace lo que puede. Después se ama de otra manera, creo.
A. Z.: –No sé, porque hay gente que se muere sin haber amado nunca. Pero creo que esto de morir de amor se da en los jóvenes, porque en ellos las emociones son blanco o negro. Me da mucho placer ver cómo en esta obra tanto Laura como Pablo Rago (Romeo) logran hacer creíble ese amor.
L. N.: –La obra nos exigió mucho, y nosotros pudimos tomarnos el tiempo necesario para que todo salga bien. El Teatro San Martín nos pagó por dos meses de ensayos y lo demás corrió por cuenta nuestra. Nos comprometimos mucho con esta experiencia. Nuestra idea es compartirla con todo tipo de público.
A. Z.: –Queremos rescatar el carácter popular de algunas obras de Shakespeare. Por eso el público se va a encontrar con un espectáculo completo: con actuaciones, acrobacia, música de Ernesto Jodos y canciones de Marcelo Iripino. Mi deseo es que los jóvenes se acerquen a la poesía de la obra y no se queden solo en la anécdota.
L. N.: –Ensayamos la famosa escena del balcón ante unos adolescentes y vimos cómo se sorprendían frente a la belleza del texto.
A. Z.: –Sabemos que tendremos diferentes niveles de lectura, pero me gustaría que se entienda que el amor de Romeo y Julieta es extraordinario, no porque haya terminado en muerte sino por su defensa de un vínculo en que no existe la especulación.
L. N.: –A mí Julieta se me reveló como un personaje enorme. Alguien que está más allá de los enfrentamientos, de antagonismos que por legendarios no se sabe si son como se cuentan.
A. Z.: –Alguna gente de mi generación permitió que pasen cosas nefastas. No sé si los jóvenes de hoy van a ser diferentes. Quizá caigan en lo mismo, pero hoy necesito homenajear a ésos que fueron engañados o convertidos en víctimas.