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“Atención, atención, Stiglitz te saludan los soldados de Perón”, cantaban los militantes kirchneristas cuando apareció el Premio Nobel de Economía, Joseph Stiglitz, momentos antes de iniciar una conferencia junto a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. En un Museo del Bicentenario repleto por la expectativa de escuchar al académico, jóvenes y dirigentes del oficialismo llenaron el salón principal.

“Usted no puede ser acusado de chavista ni de ideas raras”, destacó la Presidenta mirando al economista, que la escuchaba sentado en el escritorio acondicionado para los dos. Stiglitz sonreía por el piropo, pero Fernández de Kirchner aprovechaba para enviar un mensaje al jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, quien la acusó de chavista en los últimos días, como si fuera un insulto. El Premio Nobel disertó en la Casa Rosada en la inauguración de una conferencia organizada por la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires.

Sentados para escucharlos se encontraban los dirigentes sociales y políticos Luis D’Elía, que esperaba acomodado con los auriculares en posición esperando la traducción en simultáneo de la conferencia. A su lado, Marcelo Köenig, de la Corriente Peronista Descamisados, conversaba con Hernán Lechter, de Segundo Centenario. Uno de los pocos intendentes que se vieron en el recinto fue el de Quilmes, Francisco “Barba” Gutiérrez. En el escenario se encontraban, en primera fila, el vicepresidente Amado Boudou junto al jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina, y el gobernador de Chubut, Martín Buzzi. A su lado, el decano de la Facultad de Ciencias Económicas, Alberto Barbieri, y el secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli.

A pesar del riguroso silencio, los militantes que se encontraban en el fondo no pudieron reprimir los silbidos al menos en dos oportunidades. Cuando Stiglitz nombró al ex presidente norteamericano George Bush y cuando la Presidenta apuntó al ex ministro de Economía Domingo Cavallo por haber estatizado la deuda privada, cuando pasó por el Banco Cenral en 1982, sobre el final de la dictadura militar. La espera en el museo había sido amenizada por el centenar de jóvenes de las agrupaciones La Cámpora, Kolina y la JP Evita.

Mientras Stiglitz disertaba sobre “Crisis de deuda y su resolución”, en primera fila lo escuchaba el secretario de Comercio, Guillermo Moreno, junto a la secretaria de Comercio Exterior, Beatriz Paglieri. En la misma fila, los integrantes de la agrupación La Cámpora Andrés Larroque, Eduardo De Pedro, Mariano Recalde y Juan Cabandié escuchaban atento al académico y asentían cuando explicaba la crisis europea y la emparentaba con la del 2001 que se vivió en este país.